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Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha anunciado la creación de un nuevo laboratorio de investigación en inteligencia artificial (IA) dedicado a desarrollar «superinteligencia», un sistema de IA que superaría las capacidades cognitivas humanas. Este ambicioso proyecto, liderado personalmente por el CEO Mark Zuckerberg, busca posicionar a Meta como líder en la carrera tecnológica frente a competidores como OpenAI, Google y Anthropic.
El laboratorio, denominado internamente como «grupo de superinteligencia», contará con un equipo de aproximadamente 50 investigadores y expertos, incluyendo a Alexandr Wang, el fundador de 28 años de Scale AI, una startup clave en infraestructura de IA. Meta está en negociaciones para invertir más de 14.300 millones de dólares en Scale AI, adquiriendo un 49% de la compañía, lo que representa su mayor inversión externa hasta la fecha. Esta operación también traerá a varios empleados de Scale AI al laboratorio, fortaleciendo los esfuerzos de Meta.
Zuckerberg, frustrado por el rendimiento de modelos como Llama 4 y los tropiezos en el desarrollo de IA, ha tomado un rol activo en el reclutamiento, ofreciendo paquetes de compensación de siete a nueve cifras a investigadores de OpenAI y Google, algunos de los cuales ya han aceptado unirse. El laboratorio se centrará en alcanzar la inteligencia artificial general (AGI) y, eventualmente, la superinteligencia, un concepto aún difuso que implica sistemas más avanzados que el cerebro humano en razonamiento, creatividad y resolución de problemas.
El proyecto incluye una inversión masiva en infraestructura, con 340.000 GPUs Nvidia H100 y rediseños de centros de datos para soportar sistemas de refrigeración líquida, marcando un cambio desde los chips personalizados de Meta hacia tecnología de vanguardia. Sin embargo, la iniciativa ha generado escepticismo. Expertos como Margaret Mitchell han cuestionado la viabilidad de la superinteligencia, señalando que la inteligencia humana no es fácilmente cuantificable, y el término podría ser más una estrategia de marketing que un objetivo técnico claro.
Además, la apuesta de Meta por modelos de IA de código abierto plantea desafíos éticos y de seguridad. Aunque el enfoque fomenta la transparencia, también podría facilitar el acceso a tecnologías avanzadas por parte de actores maliciosos. La decisión de Meta de reemplazar programas de verificación de datos con herramientas de IA para moderar contenido, efectiva desde enero de 2025, ha avivado preocupaciones sobre la amplificación de desinformación.
Zuckerberg ha defendido la autonomía financiera de Meta, respaldada por sus ingresos publicitarios, como una ventaja para financiar este proyecto sin depender de capital externo. Sin embargo, críticos como Michele Gargiulo advierten que la creación de superinteligencia plantea dilemas filosóficos y éticos, incluyendo quién define los valores que guiarán estos sistemas y cómo se evitarán consecuencias no deseadas.
El éxito o fracaso de este laboratorio podría redefinir el futuro de Meta y la evolución de la IA a nivel global.