Los asesinos a sueldo de Maduro dispararon ayer contra la moto que trasladaba a María Corina Machado, tras su mitin en el cierre de la manifestación multitudinaria de la oposición contra el chavismo.
El conductor de la moto resultó herido, derrapó y unos paramilitares armados y desalmados capturaron a María Corina, le hicieron grabar dos videos contra sí misma y la pusieron en libertad, una hora más tarde, acorralados por la multitud y por la presión internacional. Maduro está acabado, sólo hay que esperar.
Aún con estos hechos, Sánchez aún no ha sido capaz de reconocer como presidente legítimo –ayer lo hizo Canadá, tras haberlo recibido Biden— a Edmundo González Urrutia, que si todo sale como está planeado estará mañana en Caracas para tomar posesión de su cargo de presidente de la República.
¿Dónde?, no se sabe. Tampoco se sabe dónde está el principal asesor de Maduro, el ex presidente del Gobierno de España Rodríguez Zapatero. María Corina llevaba 133 días oculta, porque el chavismo había emitido órdenes de detención contra ella.
Con Edmundo González ha sido más osado el chavismo: ha puesto precio a su cabeza. Algo insólito –y novedoso– incluso en las dictaduras latinoamericanas, que copia los métodos del lejano Oeste. Han emitido un “Se busca”, con una recompensa de 100.000 dólares.
A la hora en que escribo no ha vuelto a salir públicamente Corina Machado, para explicar los detalles de lo que le ha ocurrido. Lo hará probablemente antes del cierre de esta edición y nosotros emitiremos una última hora.
Un numeroso grupo de paramilitares armados fuertemente, portando fusiles de repetición, se echó sobre la moto, una vez derribado su conductor, cuyo estado tampoco se conoce. Se llevaron en volandas a María Corina, la metieron en un coche camuflado y la trasladaron, al parecer, al Helicoide, el edificio donde tortura la policía política de Maduro, el Sebín.
Cientos de personas siguieron al vehículo. Varios drones lo grababan todo, probablemente por cuenta del Ministerio del Interior, que dirige el sanguinario Diosdado Cabello.
Machado estuvo una hora secuestrada. Finalmente la soltaron, pero un ex ministro chavista, testigo de los hechos, dijo a los periodistas que “no la mataron de milagro, porque los secuestradores dispararon varias veces contra la motocicleta en la que circulaba”.
Corina Machado confirmó las informaciones publicadas ayer por El Burgado.com, en las que informábamos de deserciones en el Ejército venezolano y en sus palabras, durante su discurso ante la multitud, aseguró que “Mañana será un gran día para Venezuela porque recuperará su libertad”, refiriéndose a la toma de posesión del presidente legítimo, Edmundo González Urrutia.
Antes, el ministro panameño de Exteriores, Martínez Acha –Panamá es el país donde han quedado depositadas las actas electorales originales—, fue muy enigmático al asegurar que “habrá (refiriéndose a mañana, viernes) una noticia que estremecerá al continente americano”. No quiso dar más explicaciones.
Mañana, teóricamente, tomarán posesión Maduro y también González Urrutia. Venezuela tendrá dos presidentes. Y España sigue sin reconocer a González Urrutia, sobre todo para proteger los intereses de algunos amigos del Gobierno de Sánchez.
