Un reciente estudio ha posicionado a la Universidad de La Laguna (ULL), ubicada en Tenerife, como la universidad pública peor valorada por los estudiantes españoles, desatando críticas y debates sobre la calidad educativa y la gestión en esta institución canaria. La investigación, cuyos detalles no han sido divulgados en su totalidad pero que ha sido mencionada en posts encontrados en X este domingo, ha generado sorpresa y preocupación tanto en el ámbito académico como en la sociedad local.
Según los datos preliminares del estudio, que no especifica su autoría ni metodología, la ULL recibe calificaciones bajas en aspectos como la calidad docente, las instalaciones, la organización académica y las oportunidades de empleo para sus graduados. Esta percepción contrasta con los rankings internacionales, como el Shanghai Ranking o el THE World University Rankings, que sitúan a la ULL entre las 500 mejores universidades del mundo y la destacan en áreas como Astrofísica y Humanidades, pero parece no alinearse con la experiencia directa de los estudiantes.
Los posts en X reflejan una mezcla de indignación y resignación entre los usuarios, quienes señalan problemas recurrentes como la falta de recursos, aulas abarrotadas, retrasos en la tramitación administrativa y una supuesta desconexión entre los profesores y los estudiantes. Sin embargo, estas opiniones deben tomarse con cautela, ya que representan un sentimiento general y no datos verificados, y podrían estar influenciadas por contextos locales o circunstancias específicas.
La ULL, fundada en 1927 y considerada la universidad más antigua de las Islas Canarias, tiene una matrícula de más de 25.000 estudiantes y opera en seis campus en San Cristóbal de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife. A pesar de su prestigio en investigación, con institutos como el Instituto de Astrofísica de Canarias y el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales, el estudio sugiere que los estudiantes perciben deficiencias en la enseñanza diaria y en los servicios de apoyo.
Fuentes internas de la ULL, consultadas por medios locales, han rechazado las conclusiones del estudio, argumentando que los datos podrían no reflejar la realidad completa y que la universidad ha invertido en los últimos años en modernización, digitalización y mejora de infraestructuras. “Hemos avanzado en tecnología y en la formación de nuestro personal, pero entendemos que siempre hay margen para mejorar”, afirmó un portavoz de la institución, quien también destacó que los rankings internacionales contradicen las percepciones negativas.
Sin embargo, estudiantes y asociaciones estudiantiles, como el Consejo de Estudiantes de la ULL, han expresado su acuerdo parcial con los hallazgos, señalando problemas como la sobrecarga de asignaturas, la falta de personal administrativo y las dificultades para acceder a prácticas y becas. “No es que la ULL sea mala, pero hay muchas carencias que afectan nuestra experiencia diaria”, declaró una representante estudiantil en una entrevista para un medio regional.
El estudio también compara a la ULL con otras universidades públicas españolas, situándola por debajo de instituciones como la Universidad Complutense de Madrid o la Universidad de Barcelona, que lideran en satisfacción estudiantil según las mismas fuentes. Curiosamente, el informe también menciona a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) como otra de las peor valoradas, lo que podría indicar problemas estructurales comunes en las universidades canarias.
La reacción política no se hizo esperar. El Gobierno de Canarias, a través de su consejería de Educación, anunció que revisará los resultados del estudio y abrirá un diálogo con la ULL para identificar áreas de mejora. “No podemos ignorar estas percepciones, aunque también debemos contextualizarlas. La ULL tiene fortalezas importantes, pero es evidente que hay desafíos que abordar”, señaló un portavoz oficial.
En redes sociales, el tema ha generado un intenso debate, con algunos defendiendo la tradición y prestigio de la ULL, mientras que otros exigen una reforma profunda en su gestión y enseñanza. “Es una lástima que una universidad con tanto potencial sea vista así por sus propios estudiantes”, comentó un usuario en X, resumiendo el sentimiento general.
Por ahora, la ULL no ha emitido un comunicado oficial, pero se espera que en los próximos días anuncie medidas para abordar las críticas y mejorar su imagen entre los estudiantes. Mientras tanto, el estudio ha puesto en el centro del debate la calidad de la educación pública en España y las expectativas de los jóvenes, quienes demandan más recursos y una mayor atención a sus necesidades. La universidad, que históricamente ha sido un referente en las Islas Canarias, enfrenta ahora el desafío de recuperar la confianza de su comunidad estudiantil y demostrar que puede estar a la altura de las expectativas.





