La preocupación de Europa

Mientras el mundo se debate entre presupuestos de Defensa y aranceles, y pongo sólo dos ejemplos, en Europa estamos preocupados de que no se escapen los tapones de las botellas y de unirlos a ellas con un hilito de plástico. Es preciso, cuanto antes, un relevo de líderes europeos. Macron ha llegado al final, Starmer quiere mandar tropas a Ucrania (cuando no hacen falta para nada), Zelenski ha demostrado su falta de talla y de elegancia, Sánchez no existe y Von der Leyen está idiotizada por sus amores platónicos. Todo es un desastre. Echamos de menos a Churchill, pero desgraciadamente no se le puede resucitar, y hasta a lo peor estaría fuera de Europa, como ahora lo está el Reino Unido por causa de un referéndum loco. La preocupación de Europa no tienen que ser las tapas de las botellas, sino su capacidad para defenderse y para estar donde un conflicto le afecte. Y para no aguantar las machangadas de Donald Trump, que en cuatro años acabará con un alzheimer galopante o con un ictus que le dejará fuera de combate, si sigue con esos cabreos, amenazas, fanfarronadas y amistades peligrosas. Europa está mal, no sale de su asombro y tampoco está capacitada para hacer frente a retos mundiales que le afectan. Hay líderes, como Sánchez, que se enfrentan en sus países a problemas gravísimos de corrupción y que no tienen cabeza para participar en la gestión de una Europa Unida, que se enfrente a los problemas que le acechan. Renovación de líderes, elecciones en los países renqueantes, vuelta a la democracia y no a los dictadorzuelos de aldea, como es el presidente español. Hay que cambiar Europa, que gasta millones en tonterías mientras está siendo invadida por emigrantes ilegales, sin regulación y sin un sistema adecuado que dosifique esas llegadas. Von der Leyen es una incapaz y la última líder alemana, Merkel, tampoco fue una maravilla. ¿Qué, hay que esperar mucho de la Meloni italiana, una chica que hace dos días estaba regentando un bar en la Gomera? ¿Es esta la líder que nos espera, por muy agradable que sea, por mucho que nos guste su espontaneidad? Pobre Europa, ocupada de que no se le escapen los tapones de las botellas de plástico.