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martes, 2 diciembre,2025

La OTAN abre la puerta a ataques preventivos contra Rusia en respuesta a su “guerra híbrida”

Este lunes, el almirante Giuseppe Cavo Dragone —presidente del Comité Militar de la OTAN— ha generado conmoción con unas declaraciones al diario británico Financial Times en las que no descarta la posibilidad de que la Alianza opte por un “ataque preventivo” contra Rusia. Según Dragone, una ofensiva anticipada “podría considerarse una acción defensiva”.

El almirante subrayó que la OTAN contempla pasar de una postura puramente reactiva a otra más proactiva: “En el frente cibernético somos algo reactivos —reconoció—, pero estamos pensando en ser más agresivos o proactivos”. Admitió que esta posibilidad se aleja de “nuestra forma habitual de pensar y comportarnos”, pero consideró que, ante la frecuencia y sofisticación de los ataques híbridos, “podría ser una opción”.

El anuncio ha sido interpretado como un cambio de paradigma estratégico para la Alianza, que hasta ahora se había ceñido mayoritariamente al principio de reacción ante agresiones directas. La propuesta contempla que las capacidades ofensivas —especialmente en el ámbito cibernético— se utilicen de manera preventiva, con el objetivo de neutralizar amenazas antes de que se materialicen.

Como era de esperar, la respuesta desde Moscú no se ha hecho esperar. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, a través de su portavoz Maria Zakharova, calificó las declaraciones de Dragone como “extremadamente irresponsables” y advirtió de que evidencian una disposición de la OTAN hacia la escalada bélica. Según Moscú, planteamientos de este tipo socavan los esfuerzos diplomáticos en curso y podrían tener consecuencias graves, incluso para los propios miembros de la Alianza.

Este giro estratégico coincide con un aumento de las tensiones en el flanco oriental de Europa, donde varios países miembros de la OTAN han sufrido incidentes atribuidos a acciones híbridas —desde sabotajes de infraestructuras hasta agresiones cibernéticas—. Dirigentes de Estados del este comunitario habían insistido en la necesidad de abandonar la mera reacción y adoptar una posición más disuasoria y enérgica frente a lo que denominan agresiones sistemáticas.

Para Dragone, el reto es doble: lograr que una respuesta defensiva preventiva cumpla con los marcos legales, éticos y jurisdiccionales propios de los países de la OTAN, frente a un adversario que, en su opinión, opera con menos restricciones. “Es una posición más difícil que la de nuestra contraparte”, reconoció.

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