Una nueva estrategia de inversión conocida como TACO, acrónimo de «Trump Always Chickens Out» (Trump siempre se acobarda), está ganando terreno en Wall Street, aprovechando los giros impredecibles de las políticas arancelarias de Donald Trump. Esta táctica, que predice que el presidente retrocederá tras anunciar amenazas comerciales, ha demostrado ser rentable, pero ha desatado la ira de Trump, quien la calificó de «repugnante» durante una conferencia en la Casa Blanca.
La estrategia TACO se basa en comprar acciones tras las caídas iniciales provocadas por los anuncios de aranceles de Trump, anticipando que los recortes posteriores, como el reciente aplazamiento de un 50% de tarifas a la Unión Europea hasta el 9 de julio, impulsarán alzas en los mercados. Ejemplos recientes incluyen la reversión de aranceles del 145% a China, reducidos al 30% tras negociaciones, y la tregua de 90 días tras el «Día de la Liberación» del 2 de abril. Estas maniobras han generado ganancias significativas para los inversores que confían en este patrón.
Sin embargo, Trump defendió su enfoque como una herramienta de negociación, afirmando que establecer tarifas altas y luego ceder ligeramente es parte de su estrategia comercial. «No es acobardarse, se llama negociar», dijo, visiblemente molesto al ser cuestionado sobre el término. La popularidad de TACO, acuñada por el columnista del Financial Times Robert Armstrong, ha puesto en duda la credibilidad de las amenazas arancelarias de Trump, aunque su administración insiste en que sigue siendo una herramienta clave en las relaciones comerciales globales.