Sánchez quiere ahora que la Cruz del Valle de los Caídos, la mayor del mundo, se caiga sola. Y para eso evitará su conservación, según leo en la prensa. A mí las idioteces de este personaje, cada vez más vacuo, torpe y desgraciado no me causan ninguna emoción. Es más, no lo soporto y cada vez que aparece en La 1 o lo saca Antonio Ferreras en su canal, yo cambio de estación, si por una rara casualidad estoy sintonizando alguna de las dos. Sánchez se ha convertido en el juguete roto de Zapatero, que se dedica a ir por el mundo pasando el cepillo. Tras su ridículo en China no ha dado ni una sola explicación al Congreso y ahora, en Semana Santa, ¿dónde han ido los Sánchez a esconderse de los ciudadanos? Este personaje tenebroso no se muestra en público ni solo ni con su familia, está aterrado de que le tiren un palo de escoba o de que lo abucheen y sale huyendo de un posible peligro, como ocurrió en Paiporta. Quién vería a este personaje defendiendo a su país en un foro conflictivo. No lo ha hecho nunca y no lo va a hacer. ¿Qué ocurrió en China? ¿Estaba Zapatero todavía allí? ¿Cuáles son las conclusiones del viaje? Quien ha visto a Meloni en la Casa Blanca, una chica italiana que llegó a trabajar en el bar de sus padres en La Gomera, dando la cara por Europa, sonriente, divertida y con los conocimientos suficientes para representar a su país y a Europa, la tiene que comparar necesariamente con el zángano español que puso una corona con los colores de la bandera de nuestro país a los pies del mausoleo erigido en Vietnam en honor de uno de los mayores asesinos de la Historia, Ho-Chi-Min. Vaya forma de hacer el ridículo. Y patria. Entre los centenares de asesores que tiene el felón monclovita no hay ni uno solo que le diga que no cometa más torpezas, que no le dé más patadas a la Historia. Todo tiene un final y no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. El tiempo en el Gobierno se le acaba al zángano, a medida que se acerca la consulta electoral. O al menos eso creo, porque España es también un país masoquista y dado a la sorpresa. No lo quiero ni pensar.
domingo, 25 mayo,2025
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la chica italiana no trabajaba en el bar de su padre. Apenas tendría 6 o 7 años y los veranos los pasaba en la playa o reunida con niñasgomeras de su edad. Su padre hacía ostentación de dinero. no era un bar , era un buen restaurante con música en vivo pasada las horas de la cena. tenía muchis empleados y a él apenas se le veía. por las mañanas en su velero o en el club náutico. pero lo cierto es que nadie podía adivinar que aquella niña rubia qye corría con sus hermanas hacia la playa sería la primer presidente de Italia.