La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha impuesto a Aena una sanción de 10.043.002 euros por desplegar sistemas de identificación biométrica —reconocimiento facial— en ocho aeropuertos españoles sin haber realizado previamente una Evaluación de Impacto en la Protección de Datos (EIPD) conforme al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
El organismo considera que dicho tratamiento implicaba un “alto riesgo” para los derechos fundamentales de los viajeros, y que Aena no justificó adecuadamente la necesidad, proporcionalidad e idoneidad del uso de datos biométricos, ni evaluó otras alternativas menos intrusivas. Como consecuencia, la AEPD ha ordenado la suspensión inmediata y temporal de todos los sistemas de reconocimiento facial en los aeropuertos afectados, hasta que se presente una evaluación de impacto válida.
La lista de aeropuertos donde estaba activo el sistema incluye los de Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Alicante, Gran Canaria, Ibiza, Menorca, Palma de Mallorca y Tenerife Norte. Según la AEPD, el modelo utilizado era de tipo “uno a varios” (1:N), con almacenamiento centralizado de patrones faciales, lo que agrava los riesgos al implicar una búsqueda activa en una base de datos de identidades preexistentes.
Para Aena, sin embargo, el programa era voluntario, los pasajeros dieron su consentimiento informado y en todo momento aseguraron que no se había producido ninguna brecha de seguridad ni filtración de datos. La empresa ha anunciado que recurrirá la sanción ante los tribunales, argumentando que la medida es desproporcionada y que sí contaron con evaluaciones previas al inicio del sistema.
El sector mira con atención este caso, ya que sus consecuencias pueden marcar un antes y un después en el uso de tecnologías biométricas en espacios públicos sensibles como los aeropuertos. Las autoridades han dejado claro que el uso de datos biométricos exige máximo rigor: sin las garantías adecuadas no solo hay sanción económica, sino que el sistema puede quedar paralizado.
