JPMorgan Chase & Co., uno de los bancos más grandes de Estados Unidos, elevó este viernes sus estimaciones y afirmó que los aranceles recientemente impuestos por el presidente Donald Trump probablemente empujarán a la economía estadounidense hacia una recesión en la segunda mitad de 2025. La advertencia, hecha por el economista jefe de EE. UU. de la entidad, Michael Feroli, llega en medio de una oleada de preocupación global por las consecuencias de la política arancelaria de Trump, que ha desatado una guerra comercial con múltiples socios internacionales.
En una nota enviada a clientes, Feroli revisó drásticamente las proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real de EE. UU., reduciendo la expectativa de un crecimiento del 1,3% a una contracción del 0,3% para el año completo (de cuarto trimestre a cuarto trimestre). “Esperamos que el PIB real se contraiga bajo el peso de los aranceles, lo que también presionará el empleo y, con el tiempo, elevará la tasa de desempleo a un 5,3%”, señaló el economista, citando el impacto acumulado de las nuevas tarifas.
Los aranceles, anunciados por Trump el pasado 2 de abril, incluyen un gravamen base del 10% a todos los productos importados, con tarifas más altas para países específicos, como un 34% adicional a bienes chinos (sumando un total efectivo del 54%), un 20% a la Unión Europea y hasta un 46% a Vietnam. Estas medidas, bautizadas por Trump como el “Día de la Liberación”, buscan corregir desequilibrios comerciales, pero han sido recibidas con escepticismo por analistas y mercados financieros, que temen un aumento de la inflación, una disminución del crecimiento económico y una posible recesión global.
La advertencia de JPMorgan no es aislada. Otros grandes bancos, como Barclays, Citi y UBS, también han ajustado sus pronósticos a la baja, mientras que posts en X reflejan una creciente inquietud entre inversores y economistas, aunque estas opiniones deben tomarse con cautela, ya que no siempre están basadas en datos verificados. Según informes recientes, los mercados estadounidenses han sufrido una pérdida de 5,4 billones de dólares en valor de mercado en solo dos días, con el S&P 500 registrando su peor semana desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.
El impacto de los aranceles ya se siente en diversos sectores. La construcción, el comercio minorista y la industria automotriz han visto aumentar sus costos, mientras que la retaliación de países como China –que impuso un arancel del 34% a productos estadounidenses– y la Unión Europea ha exacerbado las tensiones. El petróleo, por ejemplo, cayó a su nivel más bajo en más de tres años, reflejando el temor a una ralentización económica global.
Feroli también señaló que, aunque la Reserva Federal podría intentar mitigar el impacto con recortes de tasas de interés –con una probabilidad superior al 71% de al menos cuatro reducciones de un cuarto de punto antes de fin de año, según la herramienta FedWatch del CME–, el daño ya está en marcha. “Las políticas de Trump, si se mantienen, probablemente llevarán a EE. UU. y posiblemente a la economía global a una recesión este año”, afirmó Bruce Kasman, jefe de investigación económica global de JPMorgan, en una nota separada.
El presidente Trump, sin embargo, ha defendido su estrategia, insistiendo en que los aranceles protegerán a los trabajadores y empresas estadounidenses. En un mensaje en Truth Social, afirmó que “los inversores están viniendo a Estados Unidos con cantidades masivas de dinero” y que sus políticas “nunca cambiarán”. Sin embargo, críticos, incluyendo economistas y líderes empresariales, argumentan que estas medidas podrían ser el “mayor aumento de impuestos desde la Ley de Ingresos de 1968”, según posts en X y análisis de expertos, lo que afectaría directamente a los consumidores al elevar los precios.
La advertencia de JPMorgan ha intensificado el debate sobre las consecuencias a largo plazo de la guerra comercial. Mientras algunos ven los aranceles como una herramienta para repatriar empleos y fortalecer la industria nacional, otros, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), advierten que representan “un riesgo significativo para el crecimiento global en un momento de debilidad económica”. El euro, las bolsas europeas y los mercados emergentes también han sentido el impacto, con caídas que reflejan una creciente incertidumbre.
Por ahora, la economía estadounidense, que en febrero mostraba una tasa de desempleo del 4,1% –relativamente baja–, enfrenta un futuro incierto. Si las predicciones de JPMorgan se materializan, el país podría ver no solo una contracción económica, sino también un aumento en la desigualdad, una reducción en la productividad y mayores tensiones geopolíticas, tal como han señalado algunos analistas en los últimos días.
El mundo observa con preocupación cómo se desarrolla esta situación, mientras Trump mantiene su postura y los mercados siguen en caída libre. La próxima reunión de la Fed en junio será clave para determinar si las tasas de interés pueden amortiguar el golpe, pero para muchos, el daño ya está hecho, y el riesgo de recesión es más real que nunca.