El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, lanzó este viernes 21 de marzo de 2025 una contundente amenaza contra Hamás, advirtiendo que el grupo islamista podría perder más territorios en la Franja de Gaza si no libera a los rehenes israelíes que mantiene cautivos desde el ataque del 7 de octubre de 2023. En un comunicado oficial, Katz ordenó al Ejército israelí ocupar áreas adicionales en Gaza y afirmó que «cuanto más tiempo Hamás se niegue a liberar a los rehenes, más territorio perderá, el cual será anexionado a Israel», intensificando la escalada de tensiones tras la ruptura de una tregua el pasado 19 de enero.
La declaración se produce en un contexto de renovada ofensiva militar, con bombardeos masivos reanudados el martes que han dejado al menos 504 muertos, incluidos 190 menores, según la agencia de Defensa Civil de Gaza, controlada por Hamás. Katz también detalló planes para ampliar las «zonas de amortiguamiento» alrededor de Gaza mediante una ocupación permanente, con el objetivo de proteger a las comunidades israelíes cercanas. Entre las acciones inmediatas, el Ejército ya ha tomado el control parcial del corredor de Netzarim, dividiendo el norte y el sur de la Franja, y ha instado a los residentes del norte a evacuar hacia el sur por la carretera de Rashid.
El anuncio ha desatado alarma internacional, con críticas que lo señalan como un paso hacia la anexión formal de partes de Gaza, un territorio palestino bajo bloqueo desde 2007. Katz justificó la medida como una estrategia de presión tanto militar como civil, incluyendo la evacuación de la población gazatí, y mencionó un plan de «desplazamiento voluntario» respaldado por el presidente estadounidense Donald Trump. Sin embargo, no especificó qué zonas serían anexionadas ni cómo se implementaría esta política.
La amenaza de Katz, que coincide con operaciones terrestres en Shabura, Rafah, eleva la presión sobre Hamás, que aún retiene a 58 de los 251 rehenes secuestrados en 2023, de los cuales 34 han sido declarados muertos por Israel. Mientras el conflicto se recrudece, la comunidad internacional observa con preocupación las implicaciones de esta postura, que podría alterar aún más el frágil equilibrio en la región y complicar las perspectivas de una solución negociada al conflicto palestino-israelí.