⏱ 3 min de lectura
El presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohammad Eslami, y el director general de la corporación estatal rusa Rosatom, Alexey Likhachev, firmaron este miércoles un memorando de entendimiento para colaborar en la construcción de pequeñas plantas nucleares en Irán. El acuerdo, anunciado por Rosatom, marca un paso significativo en la expansión del programa nuclear iraní, en un momento de crecientes tensiones diplomáticas y una crisis energética interna que amenaza la estabilidad del país.
El documento, suscrito durante la visita de Eslami a Moscú, establece un marco para la cooperación en la construcción de plantas nucleares de baja escala, delineando «pasos específicos» para implementar este proyecto estratégico, según el comunicado de Rosatom. Ambos líderes también revisaron el avance de iniciativas conjuntas, incluyendo la construcción de dos reactores adicionales en la central nuclear de Bushehr, el único complejo nuclear operativo de Irán, construido por Rusia y con una capacidad de casi 1 gigavatio (GW).
Eslami, quien encabeza una delegación iraní en la Semana Atómica Mundial en Moscú (25-28 de septiembre), destacó esta semana ante medios locales que Irán planea construir ocho nuevas plantas nucleares en Teherán, como parte de un ambicioso objetivo de alcanzar 20 gigavatios de capacidad nuclear para 2041. Este plan busca mitigar una crisis energética que ha dejado al país con apagones recurrentes y una brecha de 12 GW entre la oferta y la demanda eléctrica en 2023, según datos del gobierno estadounidense.
Actualmente, la energía nuclear representa apenas el 0,5% de la generación eléctrica de Irán, frente al 70% que proviene del gas natural. La central de Bushehr, operativa desde 2011, produce en promedio menos del 65% de su capacidad anual de 8,7 teravatios-hora, según Iran Open Data, lo que refleja las limitaciones de una infraestructura envejecida y la urgencia de modernización.
Los países europeos del E3 (Reino Unido, Francia y Alemania), signatarios del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), han activado recientemente el mecanismo de restitución de sanciones, lo que podría reimponer sanciones de la ONU a Teherán en menos de un mes. Esta medida responde a preocupaciones persistentes sobre las actividades nucleares iraníes, pese a que Teherán insiste en que su programa es exclusivamente civil y vital para reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
En un intento por apaciguar las tensiones, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, se reunió el martes con sus homólogos del E3 y la jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas. Sin embargo, el encuentro no produjo avances significativos. El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán instó a Irán a tomar «medidas prácticas en los próximos días, si no horas», para abordar las preocupaciones internacionales, según un comunicado oficial.
El fortalecimiento de la cooperación con Rusia, un aliado clave, parece ser la respuesta de Irán a las presiones externas, mientras busca acelerar la modernización de su red eléctrica y consolidar su soberanía energética. Sin embargo, con el reloj diplomático avanzando, el futuro de su programa nuclear sigue siendo un punto de fricción en el escenario global.