Hoy me va a salir una sección muy política. Es que la política de este país lo invade todo. Ha publicado el profesor Juan-Manuel García Ramos en Internet unas líneas muy interesantes, que reproduzco: “Qué pronto estuvo el Estado español para dar muerte a un líder independentista canario como Antonio Cubillo, al que luego tuvieron que indemnizar con 25 millones de pesetas por crimen de Estado, y qué torpe para dar caza a Puigdemont, que ha puesto a todas las instituciones del Estado de Sánchez en el más esperpéntico de los ridículos. Otro caso a recordar: en 1905 fue indemnizado con 12.000 pesetas, también por el Estado español, Secundino Delgado por haber sido encarcelado sin fórmula de juicio durante casi un año (1902-1903 en la cárcel Modelo de Madrid. Las varas de medir”.
Tras el atentado de Argel, a Cubillo lo dejaron en silla de ruedas. El Estado español actuó sin piedad y de manera contundente, lo que no le deseo a nadie, porque detesto la violencia. Es cierto lo que dice el profesor García-Ramos en las redes, se cebaron con Cubillo y en menor medida con Secundino Delgado. Y es que Canarias para casi nadie vale una misa. Pero les ruego a ustedes que lean detenidamente las palabras del ex presidente del PNC, que muchas veces ha dejado oír su sensata voz ante acontecimientos que turban constantemente la vida de este país. Ayer, viernes, por la tarde, la cúpula de los Mossos reconoció que Puigdemont los había engañado ¡poniéndose un sombrero de paja! Yo tengo un panamá, así que cuando me tenga que dar el piro de la justicia, si alguna vez me veo en la necesidad, me lo pongo y me camuflo para que los guindillas no me tranquen. Llarena, magistrado del Supremo, ha pedido que Interior le diga dónde estaba la Guardia Civil. Yo lo sé: custodiando la casa de Zapatero en Lanzarote. Zapatero tiene un destacamento de la Benemérita a su disposición, como si fuera un personaje. Su amigo Maburro ha acudido hoy al Tribunal Supremo de Venezuela, que es parecido al Tribunal Constitucional español, a entregar no sé qué cosa. Pero las actas, no. Una serie de papeles con los que pretende que le avalen su pretendido resultado en las urnas. No se lo cree ni él. Está tan desprestigiado el Supremo venezolano como el Constitucional –sección progresista— de España. Ya verán cómo nada de esto acaba bien, porque es muy fuerte para la democracia. Por cierto, estén atentos porque las temperaturas van a subir hasta el punto de que en Bilbao van a alcanzar 43 grados. O sea, que si pueden no vayan a Bilbao. A mí, no crean, me da pena de los Mossos, porque ya van tres los detenidos de la célula que tienen dentro y que no han descubierto todavía. Puchi los tiene en el bolsillo y a última hora ha emitido un comunicado, por redes, advirtiendo de que ya se encuentra en su casa de Waterloo. Parece mentira que haya entrado y salido por la frontera sin que nadie lo haya detectado. Tiene que haber alguien detrás de todo esto. ¿Será el desaparecido Sánchez? ¿Estarán Bego y Sánchez tomando el té con Puchi en Waterloo? Sinceramente, no me extraña nada.
Este Puchi se pasea por España como Pedro por su casa, pero, claro, si ahora lo atrapan se le tiene que aplicar el riesgo de fuga. Y otra cosa, ¿por qué España no hace valer ante la Unión Europea la euroorden de Llarena de nuevo? ¿Qué pasa con Europa, que se pasa a España por el arco del triunfo? Yo tengo la respuesta: a Sanchito no le interesa que detengan al prófugo, que sigue siendo su aliado. Sánchez se alía con los ángeles y con los demonios, hasta que alguien más listo que él se lo coma crudo.
