Sobran coches, sobra gente y colapsa todo. Colapsa la sanidad, colapsan las carreteras, colapsa la madre que los parió. Esto ya no es una isla, sino un tumulto, hay más coches que carreteras y, puestos en fila, los coches que circulan en la isla rodearían el ecuador del planeta. Esto ya no hay quien lo resista y yo personalmente llevo una bacinilla en el coche, porque con las colas y los problemas de salud –normales en una próstata que tiene 77 años— no voy a mearme encima y en alguna parte tengo que desaguar. Así que he ido a la farmacia y me he comprado un botellín plástico de hospital, de boca ancha para hacerlo más cómodamente, y cuando llego a mi casa lo vacío y lo lavo. Y así sucesivamente. Tengo también un pañuelo de Versace para que cuando el del camión de al lado eche una miradita desde lo alto vea el bello dibujo y no la ruina que hay debajo, ni el envase.
Dicen que Sánchez se va a China a ofrecerle nuestro telurio marino a Xi Jinpin, una vez que Trump no quiere saber nada del sátrapa español. Ya digo en El Volantín que se lleva en el avión oficial, según dicen, a Zapatero, nuevo ministro de Exteriores, en detrimento del pequeño Napoleonchu, que lo van a mandar –dice el rumor—a Bruselas para que la siga cagando allí. Creo que tiene en la miseria a la diplomacia española, que nunca han sido buena del todo, sino en los tiempos de Castiella, pero que al menos cumplía más o menos dignamente. Los embajadores son una casta y los cónsules trabajan menos que Yolanda Díaz, pero, bueno, están ahí. Los que curran son los honorarios, que no cobran nada. Esos sí que trabajan por amor a la patria. Bueno, pues el telurio tiene ensimismado a Marruecos, que reclama esas aguas y pondrá a Canarias en el ojo del huracán.
Fíjense hasta qué punto se tensa la cuerda con Marruecos que la Academia de Artillería y el Ejército español han desplegado modernas unidades antiaéreas en Ceuta,y no sé si también en Melilla, con cañones suizos de última generación, capaces de acertar a blancos situados a 4.000 metros de altura (aviones y drones). Están llevando a cabo en estos días prácticas de tiro. Y en Canarias han desplegado infantería y zapadores, que incluso hablan con los vecinos, aunque yo no sepa muy bien de lo que hablan, será de la posible presencia de extraños en el territorio. Bueno, el caos de tráfico en la isla de Tenerife se ha hecho ya insoportable.
Recuerdo aquellas palabras de Rosa Dávila, presidenta de la Cosa, en la campaña electoral: “En los primeros tres meses de legislatura acabaremos con el caos en las autopistas”. Oigan, qué credibilidad irradia esta mujer. Ha acertado plenamente. Fue llegar y acabar con el caos de tráfico en un plis/plas. Hay políticos que aciertan siempre en sus predicciones y que dicen siempre la verdad. Da gusto. Si tienen el mismo acierto con el emisario de Playa Jardín ya nunca más olerá el Puerto de la Cruz a mierda. Por cierto, fracaso de la manifestación del domingo por lo de ese emisario y por el cierre de la playa: menos de 500 personas y ninguna representación apreciable. Los mismos de siempre, ecologistas de tres al cuarto, con más entusiasmo que credibilidad, con eslóganes absurdos y sin seriedad en la reivindicación. El Puerto pasó de ellos y, por cierto, pocas personas del Puerto de la Cruz en la marcha, que le importó un huevo a la población portuense. La próxima vez tendrán que ser otros los convocantes porque allí no fue ni el Tato.
