⏱ 5 min de lectura
En un movimiento que marca un punto de inflexión en la estrategia europea ante la guerra en Ucrania, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado que Europa está elaborando «planes bastante precisos» para el despliegue de una fuerza multinacional en Ucrania como parte de las garantías de seguridad tras un eventual fin del conflicto. En una entrevista publicada este domingo por el Financial Times, Von der Leyen subrayó que esta iniciativa, que contaría con el respaldo de Estados Unidos, busca consolidar la estabilidad en la región frente a la agresión rusa, debido a la intensificación de los combates en el este y de crecientes tensiones diplomáticas. El anuncio, que llega en un momento crítico de la guerra, refleja la determinación de la Unión Europea de asumir un rol protagonista en el futuro de Ucrania, mientras se prepara para un escenario posbélico cada vez más complejo.
Von der Leyen reveló que los planes europeos contemplan el despliegue de «decenas de miles de tropas» lideradas por la Unión Europea, con el apoyo logístico, de inteligencia y de mando de Estados Unidos. Este compromiso, acordado en una reciente reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y líderes europeos, busca establecer un marco robusto de seguridad para Ucrania tras un hipotético alto el fuego. «El presidente Trump nos aseguró que habrá una presencia estadounidense como parte del respaldo. Eso quedó muy claro y se afirmó repetidamente», señaló Von der Leyen, destacando la colaboración transatlántica como pilar de esta estrategia.
El despliegue, descrito como una «Coalición de Voluntarios», incluiría tres líneas de defensa para Ucrania, según la presidenta de la Comisión Europea: una fuerza militar ucraniana «bien armada», comparable a un «puercoespín de acero» disuasorio frente a posibles agresiones; una coalición multinacional liderada por Europa con apoyo estadounidense; y la integración de Ucrania en la Unión Europea como garantía a largo plazo de su seguridad. Estas declaraciones, pronunciadas durante una visita de Von der Leyen a la frontera polaca con Bielorrusia, refuerzan la postura de la UE de fortalecer la defensa del continente ante la amenaza rusa.
Las fuerzas rusas han intensificado sus ofensivas en el este de Ucrania, especialmente en la región de Dnipropetrovsk, donde han capturado siete localidades en las últimas semanas. Además, los bombardeos aéreos sobre ciudades ucranianas alejadas del frente, como Kiev, han aumentado, dejando un saldo de al menos 18 muertos en un ataque reciente. La propuesta europea busca no solo apoyar a Ucrania en el campo de batalla, sino también sentar las bases para una paz duradera.
La iniciativa de la UE responde a un cambio en el panorama geopolítico, marcado por la incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha adoptado una postura ambigua, promoviendo negociaciones de paz con Rusia mientras reduce el apoyo militar directo a Ucrania, incluyendo la suspensión del intercambio de inteligencia con Kiev. Esta decisión ha generado preocupación en Europa, que depende en gran medida de los recursos estadounidenses para operaciones como la protección aérea.
Sin embargo, la UE no ha permanecido de brazos cruzados. Von der Leyen destacó que el bloque ha igualado o superado las contribuciones estadounidenses, con 135.000 millones de euros en ayuda a Ucrania, incluyendo 52.000 millones en asistencia militar. Además, la UE ha entrenado a más de 80.000 soldados ucranianos y está explorando la posibilidad de expandir su Misión de Asistencia Militar para operar directamente en Ucrania tras un eventual alto el fuego.
La alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, ha subrayado que el despliegue de tropas sería una decisión de cada Estado miembro, pero enfatizó que la contribución europea incluye entrenamiento, apoyo a la industria de defensa ucraniana y el mantenimiento de sanciones contra Rusia hasta que se alcance una paz «justa y duradera». Países como Reino Unido, Francia, Suecia, Bélgica y Países Bajos han mostrado disposición para participar en una futura misión de paz, aunque otros, como Alemania, España y Polonia, han expresado reservas, argumentando que el momento actual, con la guerra aún en curso, no es adecuado para hablar de despliegues.
Hungría, bajo el liderazgo de Viktor Orbán, representa otro obstáculo. Budapest se ha opuesto a iniciativas de apoyo militar a Ucrania y ha exigido negociaciones directas con Rusia, lo que podría vetar cualquier decisión unánime en el Consejo Europeo. La neutralidad declarada de Austria también complica la búsqueda de un consenso, aunque Kallas ha insistido en que incluso los países neutrales pueden contribuir con entrenamiento o apoyo industrial.
La reciente ofensiva en el Donbás, con avances hacia Pokrovsk y Konstantinovka, y los ataques aéreos masivos contra Kiev, han intensificado la urgencia de reforzar el apoyo a Ucrania. La presidenta de la Comisión Europea condenó el reciente bombardeo ruso sobre la capital ucraniana, que dejó 18 muertos, y urgió al Kremlin a detener los ataques y negociar una paz justa.
Zelenski, por su parte, ha insistido en la necesidad de garantías de seguridad equiparables al Artículo 5 de la OTAN, subrayando que cualquier acuerdo de paz debe respetar la soberanía e integridad territorial de Ucrania.