España no es España, es una república bananera. España está en el epicentro de la corrupción en Europa, pero Europa no quiere enterarse. Es que Europa no existe. Un ejemplo: Francia ha dicho que el Tribunal Penal Internacional puede cantar misa, pero que Netanyahu, en Francia, no será detenido. Puede viajar a Francia cuando quiera. Por una vez estoy de acuerdo con Macron: la orden de detención contra Netanyahu, que no fue quien comenzó la guerra de Gaza, sino que fue Hamas, es absurda, precipitada y tomada con parcialidad y sin pruebas suficientes. Vayas jueces los del TPI. Te los regalo.
Pero si volvemos a España, lo de Sánchez no tiene nombre. Según le contó ayer por la mañana Víctor Aldama a Carlos Herrera, si a él le pasa algo, si lo mandan al otro barrio, ya saben los investigadores donde tienen que ir: a La Moncloa. Esto es terrible, pero terrible. Nunca había sucedido en España. Nunca se había acusado a un presidente y a un Gobierno de algo tan grave, aunque sea de algo que está por llegar y que ojalá no llegue.
No queda la cosa ahí. Según ha denunciado al juez del tribunal Supremo que investiga a García Ortiz, fiscal general del Estado todavía, la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales, al imputado se le vio manipulando su móvil, junto a la fiscal de su propio caso, su número dos, mientras la UCO registraba las pertenencias y el despacho del imputado, en la sede de la Fiscalía General. ¿Pero esto que es? ¿Qué tiene que añadir a ello la señalada, Ángeles Sánchez Conde, que no debería ni siquiera hablar con su jefe de este asunto? El juez ha ordenado custodiar las grabaciones del momento, tomadas en el patio de la sede de la Fiscalía.
La jueza de Badajoz que investiga al hermano de Sánchez ha pedido al BBVA que indague sobre la procedencia de la fortuna de Sanchito depositada en ese banco, un millón y medio de euros. ¿De dónde vinieron? ¿Quién ingresó en su cuenta tanto dinero? Además, dice el periódico El debate que el hermano de Sánchez propuso por escrito a la Diputación (socialista) de Badajoz trabajar sólo dos días al mes. Coño, ni Yolanda Díaz es tan laxa acortando la jornada laboral. Si es por este tío el mes sólo tendría dos días. Pues bien, parece que la Diputación de Badajoz aceptó la propuesta. El Debate aporta las pruebas.
Lobato se va, dimite como jefe del PSOE de Madrid, aquejado de un ataque de pánico. Le tiene miedo a su partido, aunque lo disimula diciendo que su manera de hacer política no es la misma que la de la mayoría de sus compañeros. Quiere decir, o así lo interpreto, que en el PSOE hay mucho tramposo. Y el PSOE lo llama traidor por no confiar en quienes le filtraron documentos para que él, al mismo tiempo, los usara indebidamente. No cayó en la trampa: se fue a un notario y confesó. Mañana tendrá que confesar también ante el juez del Tribunal Supremo, en el caso del fiscal general imputado. Manda huevos.
Sánchez está acorralado, como un ratón. Ya se ha demostrado que es un cobarde. El cobarde de Valencia. Sánchez, que tiene pinta de matón de discoteca, no deja de ser un bufón de Corte, pero sin Corte, aunque él crea que es la Corte entera. Y luego está Begoña, la mudita.
Ya verán que en el congreso del PSOE del fin de semana, que se celebra en Sevilla, el 41º congreso de la historia, se pasea como un pavo real en el escenario, ignorando lo que le espera después. Quizá sea el primer presidente que salga de La Moncloa con grilletes, aunque sea pronto para decirlo, habrá que esperar a las pruebas sobre diversos asuntos que presente Aldama, que parece que existen. Y a otros sucesos judiciales que se avecinan.
Hace tiempo que el felón de La Moncloa no sonríe. Está tenso, crispado, acorralado, pero tiene una corte pretoriana numerosa porque se la ha procurado a fuerza de sueldos oficiales. Le apoyan los que cobran. Y un partido descuartizado, en el que hasta su segundo, Santos Cerdán, recibe (presuntamente) sobres con dinero, si es verdad lo que dice Aldama.
España, hoy, gracias a Sánchez y al sanchismo, está al mismo nivel que Nicaragua y que Venezuela. A Sánchez lo ponen a parir en el Congreso (por eso va poco) y el presidente del Gobierno de España está en el epicentro de la corrupción. No tiene factores inhibitorios de la vergüenza, probablemente necesite tratamiento, ayuda sicológica, porque no se inmuta, no se va. Eso sí, ha torcido el rictus. Ya ni siquiera ironiza, sino que entra al trapo. Estaría bonito que fuera el novio de Ayuso quien le colocara el estoque en el lomo. El estoque metafórico que merecen los que caen en el abismo de la corrupción. Él y sus más cercanos, incluidos su mujer y su hermanito pequeño, el que quiere trabajar sólo dos días al mes.
