El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha confirmado este viernes la detección de dos jabalíes muertos infectados por peste porcina africana (PPA) en Bellaterra —municipio de Cerdanyola del Vallès, Barcelona—, lo que supone la primera aparición del virus en España desde noviembre de 1994.
Los cuerpos de los animales fueron hallados el 26 de noviembre y sometidos a análisis: primero por los servicios veterinarios oficiales de la comunidad catalana y luego por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), que ratificó los resultados. Este hallazgo ha obligad a activar de forma inmediata el protocolo oficial de contención.
Aunque la PPA no representa riesgo para la salud humana —no se transmite por contacto con animales ni por consumo de carne— sí constituye una amenaza significativa para el sector porcino y la fauna silvestre. Por ello, el MAPA y las autoridades autonómicas han declarado una zona de vigilancia de 20 kilómetros alrededor del foco, que afecta a 39 explotaciones de cerdos domésticos, e impone restricciones estrictas en sus movimientos, además de intensificar la vigilancia sanitaria.
El organismo oficial ha convocado de urgencia al comité de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (RASVE) y al sector ganadero para coordinar las medidas de contención, eliminación de cadáveres, control del transporte animal y vigilancia activa de jabalíes. Se busca, con urgencia, frenar la propagación del virus tanto en fauna salvaje como en explotaciones porcinas.
La reaparición de la PPA en España coincide con su presencia desde 2014 en buena parte de la Unión Europea, que actualmente la considera una enfermedad de categoría A, obligando a los Estados miembros a adoptar medidas rigurosas para su erradicación y control.
El sector porcino —clave en la economía agroalimentaria española— ha reaccionado con preocupación. Organizaciones representativas han señalado que el hallazgo evidencia la necesidad de redoblar los controles sanitarios, en especial ante el creciente problema de la fauna salvaje (jabalíes) que puede favorecer nuevos brotes.
Este nuevo brote pone en alerta a toda la industria cárnica, al turismo rural y a las zonas próximas al foco. La rapidez en aislar el área afectada, la desinfección, el control del movimiento de animales y la vigilancia epidemiológica serán determinantes para evitar que la peste porcina africana se cobre nuevamente un alto coste en el campo español.
