El consejo de administración del C.D. Tenerife destituyó a su entrenador, Óscar Cano, en pleno almuerzo de cumpleaños del industrial del mueble Máximo Bacallado, celebrado ayer en el restaurante Los Limoneros.
En el almuerzo estaban presentes, entre otros muchos invitados, los accionistas de referencia del Tete, Amid Achí, Miguel Concepción y Conrado Bacallado –primo del cumpleañero— y el presidente Paulino Rivero, que llegó apresuradamente de Éibar. Se ignora si también se hallaba presente Juanito Pelayo, otro accionista importante, aunque él dice que no se mete en nada y que está en el Club “para ayudar”.
El C.D. Tenerife, de los cinco partidos disputados en la Liga Hypermotion, ha perdido cuatro y ha empatado uno. Cano y su segundo no podían seguir. Pobre historial del entrenador que trajo José Miguel Garrido, el mayor accionista –o eso parece, si es que no le ha vendido parte de sus acciones a Rayco García—, y pobre bagaje deportivo en la Liga, en la que el Tete no da una a derechas y exhibe una plantilla que da pena. Pero con cuatro euros y medio no se puede comprar un hotel.
No estaban presentes en el almuerzo, porque tampoco fueron invitados, ni Garrido ni el otro gran accionista, Rayco García Cabrera (cosa que la mar no tiene). García Cabrera estaba en Arabia Saudita, a por naranjas, y Garrido suponemos que en Londres, aunque también imaginamos que habrán sido consultados ambos, por teléfono, al menos. Mauro Pérez, el director deportivo, informará el lunes de las alternativas. El equipo, agobiado por lo de Éibar, entrenará el martes.
Se veía venir. Nosotros mismos, que no sabemos ni papa de fútbol, lo habíamos dicho aquí: con este entrenador y con esta plantilla, justitos para no descender. No se puede fabricar un club racaneando, sin poner pasta y sin aspiraciones reales. Ignoramos por qué empresarios que no quieren invertir de verdad se meten a gestionar un club de fútbol. Tienen lo que se merecen.
Al parecer, sobre el nuevo entrenador ha sido consultado el abogado tinerfeño Vicente Álvarez Gil, que tiene importantes conexiones con Joan Laporta –ambos son letrados—, presidente del F.C. Barcelona, y que podría ilustrar al consejo de administración sobre un entrenador de la cuadra azulgrana. Vicente se encontraba ayer en la zona, concretamente en Casa Tomás el de las Costillas, celebrando con varios amigos la goleada del Barça al Girona (0-4).
La afición, como el consejo, tampoco se moja, porque ni siquiera es una gran cosa. Mucho presumir de hinchas y los forofos no van al estadio a animar al equipo, así que tampoco tiene motivos para quejarse. El Tenerife camina por donde se merece. Ha estado tantas veces a punto de desaparecer que esta puede ser una más. Ni en los tiempos negros de Pepe López se había producido un inicio de Liga tan patético.