El silencio es una falta de respeto

El domingo, día 23, tendrá lugar una manifestación en el Puerto de la Cruz para protestar por la situación sanitaria de las playas de la ciudad. La Orotava y Los Realejos, además del propio Puerto de la Cruz, envían sus mierdas a una depuradora sobrepasada, que no da avío para depurar tanto residuo y mandarlo al mar, por la vía de un emisario que se cae a cachos. Es la crónica de una desidia. Las conexiones no autorizadas a las redes de saneamiento han traído estos lodos y para solucionar el problema hacen falta muchos millones de euros, casi treinta, que ningún organismo público ha presupuestado. El Valle de la Orotava tiene un problema sanitario muy grave, que desemboca en el Puerto de la Cruz. El olor es insoportable y ya estamos acostumbrados a que las obras en el Puerto de la Cruz sean eternas. No hay más que ver la que se realiza sobre el túnel de la carretera de la costa para aliviar el agua pluvial, que va al mar. La carretera lleva cuatro meses cerrada al tráfico y no se ha resuelto nada. Ahora parece ser que lo proyectado en un principio no sirve para nada. Lo peor de todo es que no se informa, ni informa el Cabildo, ni informa el Ayuntamiento portuense. Cada vez que pregunto se me contesta con evasivas. La obra de la carretera de la costa está parada y la del emisario submarino yo creo que no ha comenzado. Y si ha comenzado, que lo digan porque si no yo seguiré dando por buena la primera versión. Si Lope Afonso es el vicepresidente del Cabildo, y ha sido alcalde portuense, no puede dejar a sus paisanos con este caos circulatorio en la ciudad por el cierre de la carretera de la costa. Y si su hermano Leopoldo es hoy el alcalde del Puerto, tiene que informar a los ciudadanos de lo que ocurre con la depuradora y el emisario pues hace un año que las playas permanecen cerradas y que el pestazo se hace insoportable en una zona tan sensible para los turistas como es la que ocupa el Loro Parque, la principal atracción turística de la isla. Y varios hoteles y apartamentos. No se debe tratar así a los ciudadanos. Es preciso ofrecer información, cuanto más, mejor, a quienes residen y pagan sus impuestos en el Puerto de la Cruz. El silencio es una falta de respeto. A los propios y a los extraños.