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martes, 29 abril,2025

El Real Madrid ganó cuando recuperó el balón (1-2)

El Real Madrid es como una orquesta, con su director y sus solistas. El director se llama Carlo Ancelotti y los solistas son varios, todos muy buenos. Por ejemplo, Mòdric es el virtuoso del violín y Mbappé toca el bombo con una virulencia y una pulcritud envidiables. Luego tiene a Courtois, que es el mecánico que afina el piano y Bellingham hace de todo, hasta de comer cuando sus compañeros tienen hambre. Ayer se enfermó el del trombón de varas y Bellingham dio el concierto él solo. Mereció que fuera gol aquella pelota que salió rozando el palo.

Si hablamos de fútbol, el Real Madrid sufre cuando pierde el balón. Por eso, tras el empate del Celta, Ancelotti dio entrada a Mòdric y luego a Ceballos. Y entonces el Madrid volvió a tener el balón y a estar más cómodo. El resultado es justo (1-2), pero el Celta pudo dar un susto al mejor equipo del mundo, a la orquesta más afinada del planeta fútbol. Incluso en los últimos dos minutos, aunque la jugada más clara que el Celtiña tuvo para marcar era fuera de juego.

El gol de Mbappé fue un cañonazo a la cruceta. Y el de Vinicius un encaje de bolillos de Mòdric, que le dio un pase imposible, Vinicius se escoró a la derecha para sortear la salida de Guaita y el balón entró en la portería del Celta, casi llorando. El gol del Celta fue un fallo de marcaje de Lucas Vázquez, que llegó tarde a interceptar al autor del tanto del equipo de Vigo.

Esta es una victoria oportuna –todas lo son—porque el sábado se jugará el clásico en el Bernabéu. Y es bueno ir a este partido convencido de que el Barça es puro chiquillaje, pero esos chicos son muy buenos y habrá que atarlos en corto. Y, sobre todo, no entregarles el balón. Porque sin balón el Real Madrid es un pollo sin cabeza.

Ancelotti jugó con una línea defensiva de cinco, algo inusual, y yo creo que Tchuameni no debería estar tan atrás; pero, claro, eso depende del rival. No funcionó Valverde, cargado de partidos, que tocó cuatro balones en el  tiempo que estuvo en el campo y tampoco está, desde hace tiempo, Rodrigo, que yo creo que no es feliz. Tienen que traspasarlo, no tiene sitio. Pero cada vez que le dedican pitos a Vinicius, el extremo marca un gol. Yo recomendaría al público en general que cuando Vinicius toca un balón, pues que se calle. Así disfrutará mejor del espectáculo.

Es verdad que ayer el Celta de Vigo jugó contra en Madrid de tú a tú. Todos los equipos pequeños se crecen ante el grande. Bueno, con el Barça no ocurre en algunas ocasiones. Parece que el Barça intimida más, pero quien gana los torneos es el Real Madrid. Los otros ganan más bien pocos campeonatos, aunque intimiden. Se vuelven locos metiendo goles que no sirven para nada, sino para engordar su estadística.

Esta fue la historia, así, resumida. Yo pago una entrada sólo por ver jugar a Bellingham. Es un espectáculo. Mbappé no ha entrado todavía del todo en la orquesta, pero toca todos los instrumentos, incluido el fagot. Seis goles lleva ya en la Liga y esto acaba de empezar. O sea, que rentable sí que es.

Por otra parte, fue un partido bonito, yo disfruté mucho. Será también porque el Celta es un equipo que me cae simpático. Siempre le gana al Barcelona.

A. Hernández-Romero
A. Hernández-Romero
Bajo el seudónimo de A. Hernández-Romero escribe un colectivo de periodistas deportivos que colabora con este periódico.

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