Jugó bien hasta Mendy. A lo mejor con eso lo digo todo, aunque perdió un gol de libro, por miedo a darle con la derecha, su pata de palo.
Pero, bueno. Marcó Halland el 1-0 en un relajamiento defensivo del Real Madrid, y en mi opinión en fuera de juego, por contradecir al VAR, que tardó cuatro minutos en dar su veredicto.
Y marcó, empezando la segunda mitad, el Madrid, de churro, con la espinilla de Mbappé, que consigue goles con la misma facilidad con la que yo consumo rosquetes.
Finalizando la primera parte, el Real Madrid ya se hizo con el partido y casi empata Mbappé a bote pronto. Pero se fue a los vestuarios con esperanza. Este tiempo resultó equilibrado, yo diría que al 50% de méritos.
Y, recién comenzada la segunda mitad, empató Mbappé, en un balón cazado al vuelo, al que pegó el delantero francés con la espinilla y despistó al portero del City, cuyo partido de ayer no fue el mejor de su vida.
Era la primera vez que el Real Madrid ganaba en el campo del City, que se encontró con un penalti de Ceballos, que llegó tarde y derribó a Folden. Penalti como una casa. 2-1 y otra vez a remar. Era el comienzo del segundo periodo.
Ancelotti, fiel a sus criterios, comenzó a hacer los cambios en el minuto 75 o por ahí. La primera pelota que tocó Brahim, a los 86, que había entrado por Rodrigo, fue para adentro. Corría por la banda, tiró Vinicius, rebotó la pelota en el portero brasileño del City, la recogió Brahim y la enchufó. El Real Madrid, en los últimos minutos del partido, estaba desatado. 2 a 2 y seguía la esperanza.
Y, ya en el descuento, en el 93 de 93, un ataque eléctrico del Real Madrid, tras un fallo en el saque del portero rival, pone el balón en los pies de Vinicius, que avanza, lanza una vaselina sobre el meta que se quedó corta y Bellingham, atento como un zorro y con el chorrito de energía que le quedaba, atacó el balón errante y lo metió dentro.
Era el resultado justo, después de una gran segunda parte del equipo de Ancelotti. Para mí el mejor fue Vinicius; y Bellingham en el segundo tiempo, pero todos estuvieron a la altura, incluso los centrales, Tchouameni y Asencio, que prácticamente secó a Halland.
Este es el Madrid de las noches europeas, que consigue un resultado muy bueno de cara al segundo partido, en el Bernabéu. Hubo balones en los palos y una falta que no señaló el árbitro, a Bellingham, no sé si al borde del área del Manchester o dentro de ella. La repitieron muy poco en la tele. Y mira que el francés Turpin es un buen colegiado, pero incomprensiblemente no señaló la falta del jugador inglés al otro jugador inglés.
Guardiola estaba hundido y tiene motivos. Fue de pocas palabras en la rueda de prensa. Era otra noche triste para él. Hubo una pancarta de mal gusto contra Vinicius, impropia del fair play británico, pero el brasileño dijo que esto lo motiva.
Lo tiene crudo el City para salvar el play off, pero en el fútbol no todo es justo ni tampoco lógico. Eso sí, el City no es el de antes (54% de posesión). No defiende bien y el centro del campo ha caído. La delantera sigue siendo peligrosa.
Yo creo que Guardiola tuvo miedo al final y quitó a un delantero para meter a Kovacics. El Madrid lo aprovechó. Ancelotti esta vez lo vio claro y dirigió bien el concierto. Con maestría. Como un concierto de fin de año.
