Consciente de que la situación es muy difícil, el Puerto de la Cruz afronta con decisión su crisis medioambiental. El alcalde, Leopoldo Afonso, confirmó ayer a El Burgado.com que los técnicos en medio ambiente e ingenieros especializados intentan ubicar, mediante técnicas muy modernas, el lugar exacto de las fugas del emisario submarino de Playa Jardín, que mantiene cerrada la zona de baño de esta playa y de las limítrofes. “La fuga tiene que ser considerable”, apuntó el alcalde, “pero todavía no sabemos dónde está”.
Serán también anulados los aliviaderos que contaminan el mar, entre ellos el de San Telmo y otras zonas y el Ayuntamiento y el Cabildo invertirán alrededor de 14 millones de euros en la ampliación de la planta depuradora de Punta Brava y en la construcción de grandes máquinas de bombeo que eleven las aguas depuradas a las medianías para ser utilizadas en el riego del campo.
Es una fórmula, costosa y novedosa, pero capaz de resolver el problema de los vertidos al mar. La ley medioambiental de Canarias, modificada por un decreto, encomienda a los ayuntamientos su gestión, interpretando de forma estricta la Ley de Bases de Régimen Local y, de camino, quitándose el Gobierno de Canarias el problema de encima. No sabemos si el Ejecutivo ayudará al Cabildo y al Ayuntamiento portuense a resolver un problema que afecta al Puerto de la Cruz pero que crean también los municipios de La Orotava y Los Realejos.
En cuanto a los motivos de la rotura y desborde del emisor de Playa Jardín, el alcalde indicó que no se descarta el acople ilegal de alguna urbanización, que agravó el problema que ya existía, pues la depuradora no da abasto al volumen de residuos que recibe. Su ampliación también está contemplada en el convenio con el Cabildo Insular. El mandatario portuense calificó la situación de “muy grave”. Porque, además, en la realización de los planes en marcha podrían emplearse hasta cinco años.
Por otra parte, el alcalde indicó que el parque del Taoro será objeto de diversas obras en sus zonas públicas, para que su remozamiento coincida con la inauguración del Gran Hotel, que junto al Atlantic Hill, al Tigaiga y otros conforman la planta hotelera del lugar. La zona del Taoro no cuenta con alcantarillado. En este momento, todos los hoteles y las viviendas utilizan el viejo sistema de fosas sépticas, algo impensable en el siglo XXI por la gravísima contaminación del subsuelo de las islas que implican.
El Ayuntamiento portuense y el Cabildo han firmado un acuerdo para la realización de las infraestructuras de saneamiento necesarias en el Taoro, amén de obras de jardinería y asfaltado de la vía principal del parque, ahora en un estado absolutamente lamentable, llena de baches que ponen en peligro a los automovilistas y a sus vehículos.
Es el enésimo acuerdo que firma el Puerto de la Cruz con el Cabildo, que es propietario de las zonas públicas del Taoro. Este Parque, que alberga bellas extensiones de malpaís, con su flora autóctona incrustada en él, y de laurisilva, ha ido pasando de mano en mano, a lo largo de los últimos cien años, del Cabildo al Ayuntamiento.
Y se trata de un lugar de recreo de primerísimo orden, que necesita una remodelación absoluta. Sus lugares de paseo se encuentran invadidos por la maleza, no existen aparcamientos suficientes y se habla del posible derribo de un adefesio propiedad del Cabildo, llamado pomposamente palacio de congresos, pero que parece un hangar de aviación, para la construcción de un parking. Este extremo no ha sido confirmado por las administraciones competentes.
El alcalde, Leopoldo Afonso, se mostró muy preocupado por la situación medioambiental de la ciudad y al mismo tiempo confiado en la ayuda de otras administraciones. Asimismo se mostró partidario de la reactivación del Consorcio para la Rehabilitación del Puerto de la Cruz, un organismo creado entre administraciones –el Estado abandonó el mismo, por razones que se desconocen— para que el urbanismo portuense cobre el brío necesario de cara al futuro.
