La viscontiana concejala de Vivero, Lugo, que en otro tiempo desempeñó nada más y nada menos que la delegación de Igualdad en el consistorio vivariense, que ese es el gentilicio de los nacidos en el pueblo, fue detenida por la pasma por propinarle sonoro castigo, a piñazo limpio, a su marido. Ella se llama Lara Fernández-Noriega, él no sé. Dije viscontiana porque la pareja regenta un pub llamado El Gatopardo y a ella le enfureció tanto algún detallito de su marido que la emprendió a piñazos con él, llegó la Guardia Civil y Lara pasó la noche en el calabozo, hasta que un día después fue puesta a disposición del juez, supongo que el de violencia. Estaría acompañada, en las tinieblas, durante su breve cautiverio por Giuseppe Tomasi de Lampedusa, el autor de la genial novela que inspiró a Visconti y que ahora, en forma de serie, pasan por televisión. Los dos, ella y él, han sido acusados de violencia mutua, aunque la somanta de palos parece que fue el varón quien se la llevó, de su esposa fortachona. Aunque, por las fotos que veo, la concejal feminista y de aspecto dulce (no se lo tome nadie como un piropo) no parece gran cosa en cuanto a musculatura; intuyo que el marido, cuyo nombre me parece que ya dije que ignoro, y que en este caso es la víctima, por lo que parece, debe ser más bien canijo o lerdo en el arte del golpeo, porque la pelea se decantó a favor de la detenida, según los testigos. Eso ocurrió hace días, el 30 de marzo, aunque se ha sabido ahora y el terremoto social en Vivero (en galego, Viveiro) ha sido notorio. Sobre todo porque la tal Lara era una feminista recalcitrante y andaba en todos los saraos de protección a la mujer, tendencia que no ha vulnerado porque aquí el maltratado ahora ha sido el varón, según las primeras informaciones. Habrá que esperar a la resolución del señor juez encargado del caso. Parece que también el marido durmió en el talego, porque las fuerzas de seguridad en estos casos son muy cautos y arrasan con los grilletes, sin preguntar mucho. Su señoría, por si las moscas, ha resuelto acusarla a ella por violencia doméstica y a él por violencia de género, que yo no sé qué diferencia hay en los dos ilícitos, el juez sabrá. Lara es actriz en sus ratos libres, pero yo no le daría un pico artístico a esta mujer ni por necesidades del guion, así que sería bueno que eligiera otra profesión; como la de concejal, por ejemplo, que tiene menos riesgos, aunque lo que digo no es tampoco una regla fija. Bonito ejemplo para ser contado en la semana de pasión, que felizmente termina hoy.
lunes, 1 diciembre,2025





