El fiscal general del Estado, García Ortiz, tiene un móvil mágico, como el instrumento del Flautista de Hamelin y como la batuta de Dudamel. ¡Borra los mensajes! Así que la UCO de la Meretérita, que diría Chiquito, concluye que eso pasó y no halla cómo recuperarlos. A lo mejor con ese movimiento prodigioso, el fiscal general se libra de la ignominia, quién sabe. Yo también los habría borrado, que conste, porque un sospechoso tiene derecho a borrar sus propias pruebas, faltaría menos. Menos mal que el CGPJ, en una sabia decisión, ha dicho que no permitirá que los fiscales instruyan las causas hasta que no demuestren fehacientemente que no dependen del Gobierno, sino de algo hermosísimo que se llama independencia judicial. ¡Cómo se han cargado Sánchez y sus mariachis la independencia del Ministerio Público! Ya está bien de que siempre estén los fiscales más cerca de quienes acusan que de quienes se defienden de las acusaciones. Me refiero a su actuación de cada día, no a ciertas de ellas en concreto. Hace falta más imparcialidad y, sobre todo, aparcar para siempre la dependencia orgánica del Gobierno, que es un lastre desconocido para cualquier país que, siguiendo los designios de Montesquieu, se considere democrático, incluso en la administración de justicia. Así que ha hecho muy bien el CGPJ en tomar esta decisión de no alterar la ley actual para que los fiscales instruyan; al menos de momento. No sea que aparezcan una flauta mágica, o un móvil tan activo para el borrado como el de García Ortiz y lo echen todo a perder. En realidad, no hace falta decir mucho más. Esta nuestra es la España de las sorpresas, la España en la que cada día hay una novedad, generalmente para mal. Pero lo cierto es que se han borrado del móvil del fiscal general los mensajes que le podían comprometer en los tiempos de la presunta revelación de secretos (caso del novio de Ayuso) por el que está siendo investigado por el Tribunal Supremo. Quedan los testigos, pero ya se sabe que las palabras se las lleva el viento. Aunque a veces no.
miércoles, 25 junio,2025