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viernes, 28 noviembre,2025

El león sin reja: cuando la anticipada jaula se convierte en jardín

El Tribunal Supremo deja en libertad provisional a Santos Cerdán y abre una nueva fase del Caso Koldo. Un análisis irónico‑clásico sobre justicia, poder y el patio de butacas en que se ha convertido la vida política española.

Decía Heráclito que nadie se baña dos veces en el mismo río. Y sin embargo, en España, uno puede entrar y salir de la prisión provisional como quien alterna entre el balneario y el spa político. Santos Cerdán, antiguo arquitecto orgánico del PSOE y protagonista involuntario del último culebrón judicial, abandona Soto del Real tras casi cinco meses de retiro forzoso. El Tribunal Supremo lo suelta… pero no lo libera del todo. Más bien lo deja caminar por un jardín con cepos escondidos.

El 30 de junio, el Supremo dictó prisión sin fianza por dos riesgos: fuga y destrucción de pruebas. Nada nuevo en el Derecho penal español, salvo un detalle: el tribunal subrayó entonces su presunto “papel directivo y de control” dentro de la trama investigada. La prisión no era un castigo, era un contenedor hermético para evitar que alguien toqueteara expedientes. Entre los clásicos griegos, a esto lo hubiéramos llamado “atar al héroe para que no arme más lío”.

El auto -que he leído- afirma que el riesgo de destrucción u ocultación de pruebas está “seriamente mitigado” gracias al avance de la investigación. Traducción al lenguaje mortal: la mayor parte de la documentación relevante ya está en manos del instructor o, en su defecto, en PowerPoints y Excel que nadie podrá borrar sin dejar rastro. Pero lo verdaderamente jugoso es que el Supremo reconoce que los indicios contra Cerdán no solo siguen ahí, sino que se han reforzado.  

A cambio de su libertad, Cerdán tendrá que comparecer cada quince días ante el juzgado o tribunal cercano. Además, pasaporte al cajón y prohibición de salir del territorio nacional. Es decir, libertad vigilada, de andar por casa, pero sin volar. Como diría un coro trágico, “se le quitó la cadena, pero no el collar”.

En términos mediáticos, el PSOE respira a medias. La salida de prisión evita fotografías incómodas y titulares devastadores, pero deja una sombra  larga . La oposición tendrá un festín: “indicios reforzados”, “libertad provisional”, “trama”, “comisiones”… Palabras que funcionan solas, como slogans automáticos.

La libertad provisional de Cerdán no es un perdón judicial ni un gesto de compasión. Es un cambio de escenario. Antes estaba en una celda; ahora está en un teatro donde cada paso tiene micrófonos y ecos. Si la prisión provisional fue su laberinto, ahora camina por un jardín persa con fuentes preciosas y serpientes bajo el mosaico. La tragedia, como enseñaron los griegos, nunca termina cuando baja el telón, sino cuando los dioses dejan de mirar. Y aquí, de momento, los dioses del Supremo siguen mirando muy de cerca.

Juan Inurria
Juan Inurria
Abogado. CEO en Grupo Inurria. Funcionario de carrera de la Administración de Justicia en excedencia. Ha desarrollado actividad política y sindical. Asesor y colaborador en diversos medios de comunicación. Asesor de la Federación Mundial de Periodistas de Turismo. Participa en la formación de futuros abogados. Escritor.

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