El día 7 comienza el cónclave que va a elegir el nuevo papa. 134 cardenales –o 135, dependiendo de lo que decidan hacer con el cardenal Becciu, que ha anunciado esta mañana que se retira del cónclave— serán electores y podrán ser elegidos. Aunque elegido puede ser cualquier sacerdote de la Iglesia Católica, pero será un cardenal, no lo duden. Dos candidatos más se unen a los que más han sonado estos días. Pero no están en las quinielas “oficiales”, y esto les da mayores posibilidades, sino en comentarios que parten del Vaticano: el cardenal suizo Kurt Koch, 75 años, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unión de los Cristianos, y el purpurado español Bustillo, arzobispo de Córcega, de 56 años. Son de esos candidatos silenciosos, de los que tienen más chance de salir elegidos que los que entran como favoritos en el cónclave. Los cardenales electores, que están preparados para un proceso esta vez más largo, se alojarán en los apartamentos Santa Marta, donde vivía el papa, y deprisa y corriendo se están habilitando varias habitaciones nuevas, porque no había para todos. Los cardenales viajan a Roma con sus asistentes, que no podrán pernoctar en el Vaticano por falta de espacio. Normalmente se alojan en hoteles cercanos al pequeño Estado Pontificio, lo mismo que los purpurados no electores (mayores de 80 años). Otros residen en Roma, son miembros de la Curia, pero los electores no puede alojarse en sus domicilios habituales romanos, deben estar junto a los que vienen de fuera de Roma. Desde Santa Marta a la Capilla Sixtina pueden ir a pie, pero dada la naturaleza secreta del cónclave, se trasladarán en varios autobuses, escoltados por agentes de la Gendarmería Vaticana, para que los purpurados no tengan contacto con personas ajenas a la reunión de cardenales. Operarios contratados por el Vaticano trabajan ya en la infraestructura de la Capilla, necesaria para las reuniones de los 134 cardenales que van a elegir al papa. Por cierto, que las pizzerías de la Vía de la Conciliazione están llenas de eclesiásticos, que se mezclan con turistas, que confunden a los arzobispos con los cardenales (de morado los obispos y arzobispos, de rojo los cardenales). Todos están atentos a las conversaciones, porque Roma es una ciudad con una curiosidad sin límites. En realidad, ya ha empezado la cuenta atrás con las reuniones del Colegio Cardenalicio para cambiar impresiones. Porque la decisión la tienen 134 purpurados, pero la opinión la tiene el Sacro Colegio. Y puede haber sorpresas, casi siempre las hay.
miércoles, 18 junio,2025