
El entusiasta CIT de Santa Cruz, que preside Miguel Ángel González Suárez desde que Franco era corneta, entregó sus premios Amables del Turismo, que llevan toda la vida. Fue en el Ayuntamiento de Santa Cruz y los premiados fueron, esta vez, Wolfgang Kiessling, no precisamente debido a su buen carácter ni a su simpatía, sino a su emprendimiento, que es indiscutible; Brifor, la brigada forestal del Cabildo que apaga y controla los incendios; la Escuela Universitaria de Turismo de Tenerife, por sus 60 años de vida; las kellys (limpiadoras y camareras de las habitaciones de hoteles); las hermanas de la Orden Hospitalaria, por su complejo Acamán; y Fepeco, la patronal de la Construcción que preside el incombustible y piadoso Óscar Izquierdo. Lo bueno de los premios del CIT es que no se distingue siempre a los mismos y que la gente no suele morirse inmediatamente después de recogerlos, como pasa en otro premio que yo me sé, y que ya he citado aquí.

Allí estuvo Juan Inurria, como enviado especial de la cosa, y tomó algunas fotos, que con gusto reproducimos aquí. Una muestra, porque tampoco es que aquí nos quepa todo. Hoy estrenamos logo, rescatado el que hizo para mí el gran Ramón Salarich, cuando yo publiqué por primera vez esta sección, Pipol, en el periódico La Tarde, hace ya más de medio siglo. Luego la llevé al Diario de Avisos en 1976. Fue en los tiempos de cuando Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, a la sazón director del Diario, se despidió de Ramón, cuando se marchaba a la península, con un: “Abrígate en invierno, Ramón”. No se iba a abrigar en verano. La frase hizo fortuna y cada vez que alguien estornudaba en la redacción del periódico, un energúmeno saltaba con la frase, a grito pelado: “¡Abrígate en invierno!”. Esta portada es muy interesante y me gustaría un día volverla a llevar al Diario de Avisos, pero eso ya no depende de mí solamente.

Ramón Salarich, que vivía –y creo que vive todavía allí— en Campo Cámara, junto a Baza, en Granada, tiene una industria de escudos heráldicos y le va muy bien. Me moldeó, hace años, el escudo de mi familia en relieve, precioso; lo digo ahora que Paco García-Talavera ha sacado mis ancestros, los de Chaves y los de Sotomayor, en su libro de reciente salida a la luz, en la Editorial Kinnamon. Ramón es un artista excepcional, yo lo conocí en el cuartel y él fue quien me dio la feliz noticia de que me habían licenciado, cuando me tocó, claro, pero como no iba por allí pues me enteré en casa. Ramón es un dibujante humorístico muy bueno y un excelente escultor, que ya tiene obra por toda España. Muchas veces me acuerdo de él, una de las mejores personas que he conocido, un hombre tranquilo, que nunca hizo nada mal a nadie.

Y más alegrías. Ayer me llamó Loles Silva, una de las dos hijas de mi fallecido y gran amigo José Antonio Silva, periodista, novelista, presentador de televisión y experto comandante de vuelo. Loles está casada con el también periodista José Ribagorda, que ha trabajado en Telecinco y en TVE. También Loles trabajó –o trabaja– en Telecinco. Están casados desde 2019 y tienen una niña, Alexia. Me localizó gracias a Manolo Sola, mi querido amigo, porque el matrimonio se alojó unos días en el Mencey, a donde hace tropecientos años que no voy. Fue un placer saludar a Loles. Yo fui un gran amigo de su padre, que era una persona fantástica. Con él viajé, en la cabina de su avión, a varias partes del mundo, incluso algunas veces a Nueva York, cuando era comandante de Air Europa. José Antonio transmitía como nadie los desfiles de las Fuerzas Armadas, con todo lujo de detalles. Fue un exitoso novelista. Recuerdo una de sus novelas, “Bomba a bordo”, muy interesante. Pero escribió varias, la última sobre el obispo Gelmírez, el primer arzobispo de Santiago de Compostela. También “El hereje”, “Mi vida con Ramón Franco”, “Matar al presidente” y otras más. Era un maestro y tenía una gran imaginación. Vivía en Torres Blancas, el edificio diseñado por Sáenz de Oiza en la entrada de Madrid. Yo estuve varias veces en su casa con su familia. Pues Loles me recordó todo eso, por teléfono, y sentí una gran alegría al hablar con ella. Hoy me ha salido una crónica de viejos amigos, pero esto me encanta: recordar el pasado, porque el pasado es oro, sobre todo para quien lo ha vivido con tanta intensidad.
Páginas de Muy Interesante con el artículo de Alarcó.
Bueno, me falta comentarles a ustedes el artículo de Antonio Alarcó en la revista Muy Interesante sobre los trasplantes. La revista lo ha publicado muy bien ilustrado, con un buen despliegue fotográfico. Alarcó se ha convertido en un colaborador de referencia de la revista, que se hace eco con frecuencia de las andanzas profesionales del catedrático emérito de la ULL. Y que hace poco también entregó sus premios.