El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, abrió la puerta este martes a un papel más expansivo de las fuerzas armadas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur (USFK), más allá del objetivo tradicional de disuadir las amenazas provenientes de Corea del Norte. Durante una rueda de prensa en Seúl, tras la 57ª Reunión Consultiva de Seguridad (SCM) con Corea del Sur, Hegseth señaló que “la flexibilidad de las USFK para atender contingencias regionales es algo que definitivamente tenemos que considerar”, aunque confirmó que la misión principal sigue siendo garantizar que Corea del Norte no represente una amenaza para su vecino del sur.
La posibilidad de que las tropas estadounidenses participen en escenarios como una crisis en Taiwán, planteada por los periodistas presentes, no fue descartada por completo. Sin embargo, Hegseth evitó comprometer pronto ese despliegue y reconoció que cualquier expansión operativa debe ser cuidadosamente calibrada, teniendo en cuenta las reacciones diplomáticas, en particular de China, país que considera a Taiwán una provincia renegada.
Por su parte, el ministro de Defensa surcoreano, Ahn Gyu-back, agradeció la voluntad de Washington de explorar nuevas responsabilidades, pero insistió en que cualquier cambio de mandato deberá ser acordado bilateralmente y respetando los intereses nacionales de Corea del Sur. China mantiene un aumento de actividad naval alrededor de Taiwán, mientras Estados Unidos y sus aliados consideran reforzar su presencia en el Indo-Pacífico.
Este anuncio, aunque preliminar, podría marcar un cambio estratégico en la presencia militar estadounidense en Asia oriental, transformando una fuerza inicialmente concebida para la península coreana en un actor más versátil frente a los desafíos regionales emergentes.
