Cuidado con Sánchez, que se ha colado en las instituciones y se pasa por el forro la unidad de España, ya partida al menos en tres pedazos. Cuidado con Sánchez, que ha formado un Tribunal Constitucional cuya mayoría hace lo que él quiere. Cuidado con Sánchez, que se quiere mantener en el poder a fuerza de cesiones espurias, sobre todo a Cataluña, autonomía que goza de privilegios intolerables dentro del Estado español. Cuidado con Sánchez, porque está creando estados asociados en Cataluña y el País Vasco, que pueden ser imparables con un pasito más, imparables hacia naciones independientes. Cuidado con Sánchez, que quiere colonizar más medios, crear una televisión gubernamental pero privada –como “El País”, convertido en boletín oficial–. Cuidado con Sánchez, que está tan esquizofrénico que no le importa violentar, exprimir, interpretar y voltear las leyes, arrimándolas a sus intereses que sólo conducen a mantenerse en el poder. Cuidado con Sánchez, que no ha podido colonizar la justicia, pero que lo está intentando y quiere meter jueces de su calaña por la puerta falsa, sin oposición. Cuidado con Sánchez, que dispone de miles de asesores que le hacen el trabajo sucio y los pagamos nosotros. Y que ni siquiera tiene pudor en mantener, subvencionar y enchufar a sus parientes más cercanos. Cuidado con Sánchez, porque Ábalos, presunto delincuente, fue su más fiel colaborador y es imposible que Sánchez no estuviera enterado de sus andanzas. Cuidado con Sánchez, porque usa a su partido como instrumento para extender su poder y ha logrado que los socialistas –mediante el óbolo estatal— le sigan hasta el final –del propio óbolo–. Cuidado, majestad, con Sánchez, porque usted no debería mantener una audiencia con un político, sentados ambos en una escalera, y el otro tapándose la boca como si fuera un jugador de fútbol hablando con su entrenador. Las formas son las formas. Cuidado con Sánchez porque es traicionero. Pregunten a Pallete. Cuidado con Sánchez, porque es mentiroso. Pregunten a los afectados por la DANA en Valencia y a los del volcán de La Palma. Consulten ustedes las hemerotecas, revisen sus declaraciones. Cuidado con Sánchez, porque es un actor. Recuerden cuando se tomó unos días de reflexión a ver si se iba o se quedaba. Cuidado con Sánchez, porque no tiene respeto por los españoles, ni por la unidad de los españoles. Cuidado con Sánchez, porque es capaz de cualquier cosa para seguir ahí y porque sabe que cuando lo echen solamente lo querrán unos pocos y pocas, entre ellas Von der Leyen, que no tiene zorra idea de quién es Sánchez. Cuidado con Sánchez, porque nos tiene al borde del abismo. Quiere amordazar a la Prensa, mucho peor que en los tiempos de Franco, de la República y de la dictadura de Primo de Rivera. Sánchez es un peligro público, cuidado con Sánchez. Y el que avisa no es traidor.
sábado, 17 mayo,2025