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jueves, enero 16, 2025

Cuba y habanos, diario de un comienzo y tal vez de un continuará

No seré yo quien pueda dar una docta opinión sobre el mundo del habano y Cuba pues no soy voz autorizada en la materia y me adentro en territorio pantanoso, del que espero salir airoso; pero no prometo nada.

Dentro de la sección de artículos dedicados a países productores de tabaco y cigarros puros se tornaba ineludible dedicar unas líneas a Cuba y al mundo del habano por su fama, su prestigio, su calidad, su seña de identidad y, por supuesto, por ser el antes y el después en la historia viva más reciente del cigarro premium.

En las Antillas del Mar Caribe, se ubica Cuba un país que cuenta con casi 11 millones y medio de habitantes y con una extensión de casi 110.000 kilómetros, aparte de sus cayos. Nunca ha sido un país que haya dejado a nadie sin opinión al respecto, pues es amado por unos, criticado por otros, y visto con envidias y recelos por otros muchos. Es indudable que la situación política que vive el país desde 1958 tampoco ha ayudado.

El bloqueo americano desde la época en que llegara al poder un tal Fulgencio Batista, intensificado en 1962 con la crisis de los misiles y ya con Fidel Castro en la poltrona del poder, perdura a día de hoy y no ha ayudado en forma alguna al principal afectado, el cubano. Éxodos masivos, ansias de libertad y el miedo al qué pasará han llevado a muchos a “volar” lejos de su amada tierra natal a la que nunca olvidan y siempre llevan en el corazón. Y es que al cubano lo han privado de muchas cosas, pero nunca han podido acabar con su orgullo.

Desde la lejanía y con una visión turística simplista, ha sido un destino turístico codiciado por millones de personas en el mundo, en busca de sol, playas, comida, puros, y también de los placeres de la carne, que han colaborado a mi modo de ver con la explotación al pueblo cubano.

Retomando las bondades de esta tierra, podemos encontrar zonas mundialmente reconocidas como Vuelta Abajo –Pinar del Río, Viñales, etcétera–, Media Vuelta y Vuelta Arriba –Los Remedios–. Su terruño y sus condiciones bioclimáticas hacen que Cuba haya acuñado la denominación de origen Habanos.

En Cuba, la Revolución marcó un antes y un después dado que hay marcas que ya existían como Montecristo, Partagás, Romeo y Julieta, etcétera, y otras que surgen tras su culminación como Cohiba, Trinidad, o que pasan a estar controladas por el Gobierno.

Podemos estar hablando sin problema de más de 100 marcas de cigarros puros, con su correspondiente vitolario dentro del que el consumidor debía discernir entre la llamada vitola de galera y la de mercado, que generaba en muchas ocasiones equivocaciones que llevaron a reducir las mismas a finales de la década de los ochenta a unas 70 vitolas.

De todos es sabida la importancia mundial alcanzada por la marca de la fábrica de El Laguito: Cohiba en Pinar del Río –Vuelta Abajo–. Su nombre proviene de la palabra usada por los indios tahínos para definir al tabaco enrollado, que fumaban como obsequio a los dioses a través de su sacerdote el behike o behique. Esta marca era la preferida de Fidel Castro, consumidor del Lancero que también se brindada a las personalidades políticas en viajes diplomáticos al país caribeño.

Legalmente registrada en el año 1969, sus antecedentes datan de años anteriores y no podrá ser disfrutada por el mercado internacional hasta 1982, fecha en la que ya se convierte en el buque insignia de Habanos SA. No obstante es durante la época al frente del Ministerio de Industria de Ernesto Che Guevara (consumidor del Montecristo del nº4), cuando entre el año 1967 y el 69 se crean las vitolas de Laguito nº2 y nº3 y posteriormente Laguito nº1, llamados también Lanceros, Coronas Especiales y Panetelas.

Cohiba, al igual que otras marcas, es propiedad de Habanos SA, empresa participada al 50% por Altadis SA desde el año 2000 y el otro 50% por el Estado Cubano. Pero esto ha cambiado hace apenas tres años cuando se vendió el 50% de la empresa al mercado asiático, lo que ha provocado el incremento injustificado y que en ocasiones ha originado que cuadrupliquen su valor, sin que sea posible una bajada de precios.

En mi opinión la subida astronómica de muchos habanos, su escasez y en muchas ocasiones sus fallos en cuanto a calidad han llevado a que otros países productores hayan derrocado su hegemonía mundial. Sin embargo es indudable de que a día de hoy el Cohiba Espléndidos es el puro más falsificado del mundo, o que el Partagás serie D número 4 sea el más vendido.

El futuro del habano es una incógnita a corto medio plazo, lo único que espero es equivocarme y que todos los amantes a los buenos humos –no sólo el mercado asiático– podamos seguir disfrutando de un buen habano.

Jaime Pardo Renshaw
Jaime Pardo Renshaw
Abogado. Colaborador elburgado.com

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