Conversaciones marroquíes

Circula por las redes unas supuestas conversaciones entre Begoña Gómez y altos dirigentes marroquíes, referidas a presuntos negocios entre ellos, que deberían estar en poder del juez Peinado, para que verificara su autenticidad o no. Si son ciertas, el matrimonio está en un apuro, como se reconoce en las mismas conversaciones. Yo las tengo, pero no las voy a publicar hasta que no compruebe que son auténticas. De todas formas, si no las han borrado, las pueden encontrar en Internet. Se habla de cuentas en las Islas Caimán y de que el presidente del Gobierno está asustado por si se descubriera algo de lo que supuestamente ha ocurrido en Marruecos, pero, claro, ya no puedo seguir. Hoy en día se sabe todo, hasta que Zapatero explota –eso dice todo el mundo– una mina de oro en Venezuela. ¿Cómo se va a meter Zapatero con Maduro con la mina de por medio, si es verdad el regalito, que yo no lo sé? A Zapatero, que metió a España en un lío en su momento, negando la crisis mundial, en Venezuela le pasa como a Sánchez: que no puede salir a la calle. Lo conocen y lo abuchean y lo insultan. El tal Zapatero pone cara de Bambi y escapa como puede. Ahora aplaudirá al Tribunal Supremo chavista, que le da también el triunfo a Maduro, igual que el Consejo Nacional Electoral. Es como si le consultaran a Conde-Pumpido, presidente del Tribunal Constitucional español, que no ha dado precisamente, con su equipo mediocre de magistrados afines, ejemplo de lo que es la imparcialidad constitucional, sino todo lo contrario. ¿Cómo se puede tirar por la borda de esa manera toda una carrera como miembro de la administración de justicia? Tiene que haber algo de por medio, yo no me creo que sea gratis tanto descaro. Cuando uno pierde los papeles de esa manera, las cosas no pueden acabar bien. La historia es muy jodida y todo lo juzga, todo lo pone en su sitio. Tarda, pero lo pone. Lo de Marruecos y la familia Cebolleta lleva tiempo en el candelero de las redes. Se dice que los Cebolletas fueron espiados por Marruecos a través de Pegasus, el sistema made in Mosad. Y que el contenido de las grabaciones, horas y horas, están en poder de los servicios secretos del reino alauita. Se comenta que están cogidos. Se dice que los dos están asustados, pero más él, que debe ser más débil que la otra, quizá porque la otra es más inconsciente. No sé, se dicen muchas cosas. Me dirán ustedes qué hace mañana Sánchez en La Palma, si no ha cumplido con los palmeros las promesas que les hizo tras la explosión del volcán de Cumbre Vieja. ¿A qué va a la isla, a prometerles más cosas? Se dice también que algo se está moviendo en el PSOE contra Sánchez. Y se dice que a estos movimientos no son ajenos miembros de las nuevas generaciones de barones, ni tampoco los viejos: Felipe González, Guerra, Corcuera, Leguina, Nicolás Redondo, etcétera. Se dicen muchas cosas y se transmiten muchas cosas, algunas verdades, algunas ficciones. Pero me da que Pedro Sánchez y sus bailarines y bailarinas están encontrando ya personas que les contradicen abiertamente y que lo pueden bajar del pedestal. Incluso sus antiguos leales. De lo contrario, Sánchez no sólo acabará con el partido sino también con España. La destrucción del PSOE comenzó con Zapatero y todavía sigue, pero me da que el final de quienes han acabado con el  PSOE –el final político— está cada día más cerca.