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Cajasiete
sábado, 19 julio,2025

Coño, me jodieron la “Harley”

Von der Leyen, la amante bandida –platónica— de Sánchez, me acaba de joder la compra de la “Harley Davidson”que tenía pedida yo a los Estados Unidos, por culpa de los aranceles que Europa aplicará a USA, en justa reciprocidad a las gracias de Trump. Y no podré renovar tampoco mi colección de vaqueros “Levi´s”. Incluso tenía concedido un préstamo de 53.950 euros por Cajasiete, para la moto, con el aval de Juan Inurria, aval que le había provocado a Juan tal disgusto que se metió en la cama y postrado anda todavía, medicado, del compromiso; aunque trabaja desde el lecho del dolor, tipo enfermo imaginario de Molière, porque él no abandona jamás a sus clientes, ni perdona una minuta. Así que para don Juan ha sido un alivio que yo haya cancelado el pedido de la moto y que me conforme con la vespa coreana que tengo desde hace tropecientos años, que rasca que jode cada vez que le meto un cambio. ¿Qué haré yo ahora sin mi Road Glide CVD, con marcha atrás, con la que quería pasear a mis numerosas pretendientas por el paisaje nevado del Teide? El único que sale beneficiado de todo esto es Inurria, que no tendrá que comprometer su patrimonio si yo me distrajera o distrajese en el pago de los plazos de la motocicleta aludida, cosa que habría ocurrido con relativa frecuencia por mi habitual falta de posibles. Me jodieron la “Harley” estos bandidos de la Unión, qué pena, y también mis vaqueros, que son para el verano, como las bicicletas. Y ustedes entenderán, desocupados lectores, que me encuentre totalmente desolado, fuera de mí, desasosegado e inquieto, como San Agustín, por la no/compra de la “Harley”, que iba a ser la comidilla de este Puerto de la Cruz, ciudad tan propensa al cuchicheo y a la alcahuetada como cualquier otra urbe ribereña y maledicente, como diría el inolvidable alcalde Marcos Brito, paz descanse. Marcos Brito era un alcalde tan práctico que en cierta ocasión le di las quejas porque el Consorcio de Tributos me había cobrado un impuesto indebido y entonces él personalmente acudió a sus oficinas y lo abonó de su bolsillo, ante mi fingida cara de vergüenza, tras haber yo batallado –infructuosamente— con el ávido Consorcio durante meses y andar medio desquiciado del esfuerzo, tan mal que el edil me vio. Juro por la pájara tucán gallega, que ayer la armó con su mala baba en el Congreso de los Diputados, que reniego una y mil veces de este país que se llamaba España y de la pasión arancelaria de Von der Leyen –¿pasión turca?– y de las trampas de Trump, ese maniaco mastodóntico que acabará jodiendo al mundo si no lo detiene alguien más mastodóntico que él. Trump es una réplica anaranjada del Fenómeno de Taganana, paz descanse también, aquel cíclope de un solo ojo llamado Ambrosio, que era todo bondad y del que la mayoría de mis lectores, por su juventud, no se acuerdan, porque mis lectores no se acuerdan de la Canarias negra y deforme. Y esto me entristece tanto como la pérdida del aval de la moto, convertido en alegría para Juan Inurria, por la vía del arancel.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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