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Nota Burgado: ⭐️ 4,6 / 5
📍 Plaza de Ireneo González, Santa Cruz de Tenerife.
¿Qué hace que un restaurante sea memorable?
Un restaurante se vuelve memorable cuando te deja con ganas de volver, recomendar o simplemente hablar bien de él.
Y déjenme recordarles que: los comensales anónimos seguimos siendo los críticos más influyentes. Con solo hablar, de un restaurante, cumplimos nuestra función más honesta. Y al no hablar incluso, decimos también.
Algunos criterios: el sabor, el trato, la coherencia entre propuesta y ejecución, la relación calidad-precio y esa autenticidad que no se fabrica, se transmite o no se transmite.
Hay lugares que apuestan por destacar desde lo sencillo, desde lo tradicional, desde lo que se hace “como toda la vida”.
Eso es, precisamente, lo que consigue Casa Ireneo, del Grupo Caramba: un homenaje a la cocina española clásica, sin giros de tuerca ni artificios.
No se lo recuerda por técnicas de vanguardia, sino por lo que representa: una cocina honesta, tradicional y bien hecha, que respeta el producto y su esencia.
Carta de bebidas
La carta de bebidas destaca por su equilibrio entre tradición, territorio y elegancia.
Comienza con una propuesta de vermús artesanales de diferentes regiones de España y Francia, con elaboraciones desde las bases de vino o ginebra hasta versiones envejecidas en roble.
Una selección cuidada de generosos y vinos especiales, manzanillas, olorosos, sidras de hielo y etiquetas locales conocidas como el Viñátigo Malvasía de Tenerife.
La oferta de espumosos combina cavas y champagnes de renombre internacional, mientras que los vinos tranquilos equilibran referencias canarias y peninsulares: blancos atlánticos, tintos de Rioja, Toro o Ribera del Duero, con nombres tan icónicos como Vega Sicilia o Dominio de Pingus.
Una carta pensada, bien estructurada y congruente con la propuesta gastronómica, sin robarle protagonismo sino complementándola con muchas opciones, una carta de bebidas lograda.
Platos probados
Vermut artesanal
Confieso que rara vez me apetecen aperitivos para acompañar una comida como esta; quizá antes optaría por un vino o una cerveza.
Sin embargo, fieles a la tradición española, esta vez elegimos vermut.
Y, contra todo pronóstico, fue una excelente manera de comenzar la experiencia; tanto, que me hizo reconsiderar la idea de aventurarme con más frecuencia.
Porque eso es precisamente lo que hacen las cartas que respetan la tradición: te invitan a probar las cosas como deben ser, con lo que deben acompañarse. No habría sido lo mismo sin una carta de bebidas tan pensada y variada.
Pincho de tortilla española
La tortilla es el reflejo exacto de la filosofía de la casa: sencillez y tradición.
Con cebolla, bien cuajada pero jugosa, sin pretensiones ni reinterpretaciones. Solo una tortilla española bien hecha.
Steak tartar de vaca sobre pan de masa madre y huevo de codorniz
Correctamente presentado, sabroso y equilibrado. No busca sorprender, pero cumple con lo prometido: oficio y coherencia.
Ossobuco estofado con arroz al azafrán
El protagonista absoluto. La textura de la carne, el sabor de la salsa acompañado del arroz con azafrán y el pan de masa madre de la casa lo convierten en un plato con la personalidad suficiente para ser protagonista.
Volvería a Casa Ireneo solo por este plato. Quizá la próxima vez, acompañado de una botella de vino de su carta.
Ambiente y servicio
El local refleja identidad: cálido, acogedor y sin excesos decorativos. La iluminación es agradable y la atmósfera invita a quedarse. Es de esos lugares preparados para que la comida se convierta en reunión, donde la mesa se alarga entre conversaciones y sobremesas que no tienen prisa.
El servicio acompaña la filosofía de la casa: profesional, cercano y atento, sin resultar invasivo.
Lo que funciona bien
- Coherencia total entre concepto, cocina y servicio.
- Carta de vinos sólida y bien construida.
- El ossobuco, un plato que justifica por sí solo la visita.
- Ambiente cálido y atención amable.
Lo que se puede mejorar
- Podría explorarse una mayor rotación o sugerencias fuera de carta.
- Algunas elaboraciones (como el pincho de tortilla) podrían beneficiarse de un punto más de identidad propia.
Puntuaciones
- Producto: 4,7 – materia prima noble, bien tratada.
- Cocina y técnica: 4,6 – ejecución impecable dentro del marco tradicional.
- Servicio: 4,8 – cálido, atento y profesional.
- Ambiente y local: 4,9 – ubicación excelente y atmósfera acogedora.
- Bodega y vinos: 4,5 – carta muy cuidada y coherente con el concepto.
- Relación calidad-precio: 4,6 – experiencia sólida y honesta.
Nota Burgado: ⭐️ 4,6 / 5
Plato estrella: Ossobuco estofado con arroz al azafrán.
Punto fuerte: Coherencia entre propuesta, cocina y servicio.
Casa Ireneo no pretende ni de lejos reinventar la cocina española: la celebra. Es un restaurante que no necesita artificios para convencer, porque lo suyo es la sencillez bien entendida: la cocina de siempre, hecha con oficio y respeto.
En una ciudad donde la oferta gastronómica se reinventa todos los días, Casa Ireneo destaca precisamente por mantenerse fiel a lo esencial, a la tradición y una vez más: a las cosas hechas como toda la vida.





