Un trágico incidente ha conmocionado a Alemania este lunes, cuando un automóvil embistió a una multitud durante las celebraciones del carnaval en la ciudad de Mannheim, en el oeste del país. El ataque, ocurrido alrededor de las 14:00 horas (hora local), dejó al menos dos personas muertas y varias heridas de gravedad, ensombreciendo una festividad tradicional que atrae a miles de asistentes cada año.
Según las autoridades locales, el conductor, un hombre cuya identidad aún no ha sido revelada, aceleró deliberadamente contra un grupo de personas en una zona peatonal repleta de familias y disfrazados que participaban en el desfile de Rosenmontag, uno de los puntos álgidos del carnaval renano. Testigos relataron escenas de pánico mientras la policía, que había reforzado su presencia por temor a ataques durante las festividades, acudió rápidamente al lugar y detuvo al sospechoso tras una breve persecución.
El jefe de policía de Mannheim, Siegfried Kollmar, confirmó que el incidente está siendo investigado como un acto intencional, aunque aún no se ha establecido un motivo claro. “Estamos trabajando para esclarecer si fue un ataque terrorista, un acto de violencia aislado o relacionado con algún problema personal”, afirmó en una rueda de prensa. Entre los heridos, al menos cinco se encuentran en estado crítico, según el hospital universitario local.
El canciller alemán, Olaf Scholz, expresó su consternación en redes sociales, ofreciendo condolencias a las víctimas y sus familias, mientras líderes regionales cancelaron varios eventos de carnaval en Renania como medida de precaución. Este suceso revive memorias de ataques similares en Alemania, como el atentado de Berlín en 2016, y ocurre en un momento en que las autoridades habían advertido sobre posibles riesgos durante las celebraciones públicas.
La investigación sigue en curso, con la policía revisando grabaciones de cámaras de seguridad y llamando a testigos a aportar información. Mientras Mannheim llora a sus víctimas, el país enfrenta nuevamente preguntas sobre la seguridad en eventos masivos, en un contexto de creciente tensión social y política.
