Agradable almuerzo en el Taoro, hablando de todo, aunque poco de política, con el ex presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Fernández Martín. Se apuntó el también doctor Antonio Alarcó, pero por irse sin comer no salió en la foto. Tenía otro compromiso y, además, está maltrecho después de su accidente de moto, en el casi se mata. Mejor que arregle la Vespa y la venda y así coge unas perras, que siempre son bienvenidas. Por lo menos en mi caso, que no llego a final de mes. El almuerzo, convocado por Cristina Arroyo y su hija, Astrid Copano, gran tenista, reunió a Joaquín de Súñer y a su mujer, Ivone Beltrán, a Irene González-Arnao, a Mini y a un servidor. Y a Fernando, claro. Trece euros por cabeza, los huevos fritos y las papas fritas mejor hechas que me he comido en mi vida, una delicia. Y, de postre, tarta de queso. Estos almuerzos se celebran cada semana y yo tengo pensado ir a algunos porque resultan muy entretenidos. Y, además, que yo sepa, no asiste a ellos nadie de la izquierda abusadora y mentirosa, aunque se respetan todas las creencias ideológicas, que conste. Es broma eso de que la izquierda no va, aunque a mí no me interese para nada esta izquierdona rampante. Cambio de asunto. Ayer se celebró una parada militar en el Puerto de la Cruz, con motivo de que el día 12 es la Fiesta Nacional. Un acto bonito, un montón de gente; presidieron el alcalde portuense, Leopoldo Afonso, y el teniente general Julio Salom, jefe del Mando de Canarias, una persona muy cercana, muy agradable y con una hoja de servicios que llama la atención.
Desfiló marcialmente la tropa. Un acto de esos que le dicen cívico-militar. Ya digo que asistió Antonio Alarcó, adjunto a la diputada del común, y también Eligio Hernández, ex fiscal general, que es un patriota y cuya relación con el Ejército ha sido siempre muy estrecha. Bueno, pues el Puerto quedó paralizado por la parada militar, que fue muy aplaudida por muchísima gente; muchos extranjeros, por cierto. Luego, ofrecida por el Ayuntamiento portuense, tuvo lugar una recepción, en los jardines de la casa consistorial. Ayer, pues, fue un día grande para el Puerto de la Cruz, con un desfile que puso la nota patriótica y la nota de color bajo un sol de justicia que hizo sudar de lo lindo a los que desfilaban, a pesar de su uniforme ligero. Y termino. Ya está en casa el administrador diocesano, el padre Antonio Pérez Morales, tras sufrir una trombosis pulmonar que le mantuvo varios días en la UVI de La Candelaria. Hemos informado aquí de ello. Los médicos han conseguido sacarlo adelante y ya ha abandonado el hospital con destino a su casa. Tendrá que cuidarse, al menos durante un tiempo, pero ya está curado y dado de alta. Y esto es lo que tengo que contarles por hoy. Mañana será otro día.
