El Gobierno de coalición atraviesa sus horas más bajas. La esperada reunión celebrada este viernes en el Congreso entre el PSOE y los partidos que integran Sumar ha finalizado sin acuerdos, profundizando una brecha que amenaza la estabilidad de la legislatura. Tras una hora y media de encuentro, el socio minoritario ha comparecido con un tono inusualmente duro, denunciando que los socialistas no han ofrecido más que «buenas palabras» y una actitud de absoluto inmovilismo frente a la crisis que asola al Ejecutivo.
La delegación de Sumar, encabezada por la coordinadora general Lara Hernández, ha lanzado una advertencia severa a sus socios: el ala socialista no puede caer en la tentación de «bunkerizarse» en el Palacio de la Moncloa y en la sede de Ferraz. Según la formación liderada por Yolanda Díaz, el PSOE está utilizando el asedio de la «élite judicial y económica» como una excusa para no dar explicaciones sobre los escándalos de corrupción y para bloquear el «impulso social» que, a su juicio, necesita el país. Para Sumar, esta parálisis no solo alimenta el desánimo progresista, sino que «pone en riesgo el acuerdo de investidura» y deja el camino libre a PP y Vox.
La lectura desde el bando socialista ha sido radicalmente distinta. La secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, ha calificado el encuentro de «positivo» y ha subrayado que ambas formaciones comparten «más puntos en común que discrepancias». Ferraz se mantiene firme en su postura de «tolerancia cero» con la corrupción y rechaza de plano la remodelación profunda del Gabinete que Sumar viene exigiendo en los últimos días. Los socialistas insisten en que la prioridad debe ser la unidad de acción frente a la ofensiva de la derecha, evitando lo que consideran ataques internos que debilitan la imagen del Gobierno.
Pese al evidente choque de trenes, Sumar no contempla por el momento la ruptura definitiva ni la salida del Consejo de Ministros, aunque voces internas ya empiezan a poner fecha de caducidad a la legislatura en el verano de 2026. Lo que sí ha quedado claro tras la cita de hoy es que la relación de confianza entre los socios está rota.







