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En contra de lo que les ocurre a los atléticos, que odian al Real Madrid, yo soy madridista y me cae bien el Atlético de Madrid porque un día ese equipo fue canario, cuando el Atlético Aviación. Don Santiago, Bernabéu naturalmente, decía siempre que el equipo del régimen no fue nunca el Real Madrid, sino que lo era el Atlético Aviación, origen del Atlético de Madrid, porque sus directivos eran todos generales y coroneles, fundamentalmente del arma de Aviación. Don Santiago tuvo los huevos de echar del palco del Bernabéu al general Millán Astray, fundador de la Legión, porque le faltó al respeto a una señora que pasaba junto a él. Bueno, pues Cerezo y Miguel Ángel Gil le han vendido el 51% del Atlético de Madrid al fondo norteamericano Apollo Global Management por 1.500 millones de euros. Ahora los gringos son los dueños del equipo, junto a Cerezo, Ares y Gil, que se quedan, a través de una empresa, con el 34%, del capital, además de un fondo israelí que controla el resto. Así que el Atleti es ya un club norteamericano, cuyo nuevo propietario mayoritario supongo que querrá explotar el mundo de las camisetas, los conciertos en el Metropolitano y todo lo que implica un club de fútbol. Una minucia para Apollo, que gestiona activos por valor de 600.000 millones de dólares. Casi nada. Y yo sin llegar a fin de mes. Se hinchan los bolsillos Cerezo y Miguel Ángel Gil y Cerezo, que ya es millonario, engrosa sus ahorrillos, casi todos obtenidos gracias a que es dueño de cientos y cientos de películas españolas, que continuamente pone en el mercado. Además de productor cinematográfico de éxito. Como Gil –que no asiste nunca a los partidos de su equipo, porque se pone nervioso—y Cerezo se quedan, la afición soportará bien la venta. La hinchada del Atlético es muy aguerrida y anti madridista, pero la afición del Real Madrid respeta y ha ayudado históricamente a sus rivales de la capital. Yo recuerdo que una vez, me parece, le cedimos a Grosso para que no bajara a Segunda. En fin, otro club que pierde independencia y que se lleva un fondo extranjero, que invierte en el fútbol consciente de que el fútbol es un gran negocio que no se puede perder de vista, sino todo lo contrario.