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Ayer, 20 de septiembre, se cumplieron dos décadas desde que Bon Jovi publicó Have a Nice Day, un álbum que marca un punto de inflexión en la carrera de la banda de Nueva Jersey: la reafirmación de que podía adaptarse a los nuevos tiempos sin traicionar el carácter que la hizo grande.
Tras vivir la gran explosión del hard rock en los ochenta, el declive de esa era y la sacudida del grunge en los noventa, Bon Jovi llegó al 2005 con la necesidad palpable de demostrar que aún tenía voz en una industria radicalmente transformada. El impacto del single It’s My Life, incluido en el álbum Crush de 2000, les devolvió al primer plano, y la continuidad de Bounce (2002) abrió paso a una etapa de consolidación. Have a Nice Day, lanzado el 20 de septiembre de ese año, sería la prueba de resistencia.
El álbum propone un rock de estadio con melodías accesibles, menos exuberante que sus producciones más ochenteras, pero con identidad. Apuesta por un tono más adulto, más austero incluso, cuyo sello no está en recuperar el frenesí juvenil, sino en contar historias con las que tanto seguidores veteranos como públicos nuevos pudieran conectar.
Have a Nice Day logró resultados destacados en el mercado. Fue disco número uno en países como Alemania, Austria, Holanda y Canadá; en Estados Unidos alcanzó el Top 5 del Billboard 200. Si bien no repitió las cifras astronómicas de sus clásicos de los ochenta, vendió más de cinco millones de copias en un contexto nada fácil: la era de la digitalización, la piratería y el declive de lo físico.
La gira mundial que siguió reafirmó el vigor del grupo: conciertos multitudinarios por Europa, América y Asia, estadios llenos y la prueba de que la magia de Bon Jovi estaba, sobre todo, en el directo y en su capacidad para mantener una conexión emocional con el público.
Desde la distancia, y con el paso del tiempo, Have a Nice Day ha ganado prestigio. No es tan innovador como Slippery When Wet, ni tan definitorio como Crush, pero su mérito está en la resiliencia: su importancia radica en haber permitido a Bon Jovi seguir siendo relevantes en un nuevo milenio, evitando quedarse anclados en el pasado.