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Un ciberataque frenó este fin de semana los sistemas automatizados de facturación y embarque en al menos tres importantes aeropuertos europeos —Bruselas, Londres-Heathrow y Berlín-Brandeburgo— provocando caos, retrasos y cancelaciones. El origen del fallo técnico fue un ataque informático contra Collins Aerospace, empresa proveedora del software Muse utilizado para el check-in y la gestión del equipaje en múltiples aerolíneas. Las autoridades aún investigan el origen del ataque.
La intrusión obligó a los aeropuertos afectados a recurrir a procesos manuales para facturar pasajeros y equipajes, lo que ralentizó de forma drástica los tiempos de embarque. Bruselas canceló nueve vuelos y otros quince sufrieron retrasos de al menos una hora. En Heathrow, el aeropuerto más concurrido de Europa, también se suspendieron vuelos y las demoras provocaron largas colas y caos operativo.
El aeropuerto de Berlín-Brandeburgo informó de tiempos de espera prolongados en los mostradores de facturación y embarque. Aunque todos los aeropuertos implicados han confirmado que se trabaja para restablecer los sistemas, aún no hay una fecha clara para la recuperación total.
En España, Aena aseguró que los aeródromos nacionales operan con normalidad, aunque algunos vuelos con origen o destino en las terminales afectadas (Bruselas, Londres, Berlín) han sufrido retrasos. Se han reportado también demoras en vuelos de compañías españolas desde Madrid con destino a esos aeropuertos.
Por ahora, no se ha confirmado la autoría del ataque. Algunos medios señalan que podría tratarse de un grupo organizado con capacidad técnica elevada o incluso de un ataque respaldado por un Estado, aunque esto no ha sido verificado. Se descarta, por ahora, una finalidad extorsiva clara; más bien parece que el objetivo era generar disrupción y explorar vulnerabilidades en sistemas críticos del transporte aéreo.
Este incidente pone de relieve la fragilidad de los sistemas interconectados que sostienen la aviación moderna, donde una falla en un tercero proveedor puede generar impacto simultáneo en varios países. Se espera que las autoridades de ciberseguridad europeas y nacionales revisen las medidas de protección y obliguen a mejorar los protocolos de contingencia.