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Donald Trump y Keir Starmer ofrecieron este jueves una declaración conjunta en la residencia campestre de Chequers, en el Reino Unido, tras una jornada oficial cargada de pompa y simbología. Durante la rueda de prensa anunciaron un ambicioso acuerdo de cooperación tecnológica, acompañado de una inversión estadounidense récord de 150.000 millones de libras (unos 205.000 millones de dólares) en Reino Unido, con interés en sectores como inteligencia artificial, ciencias de la vida, energía nuclear civil y tecnologías cuánticas.
El pacto, bautizado como Tech Prosperity Deal, implica que empresas como Microsoft, Nvidia, Google o OpenAI se comprometen a importantes desembolsos en el país británico, destinados a infraestructuras y proyectos de vanguardia. Entre los compromisos figura el despliegue masivo de unidades de procesamiento gráfico (GPUs) por parte de Nvidia, que distribuirá decenas de miles de estas unidades como parte de la colaboración en inteligencia artificial.
En la misma comparecencia se abordaron asuntos de política exterior. Trump manifestó su “decepción” hacia Vladimir Putin por el estancamiento en los avances hacia una resolución del conflicto en Ucrania, subrayando que esperaba más del presidente ruso. Starmer, por su parte, insistió en la urgencia de una hoja de ruta que conduzca a la paz en la región, al tiempo que expresó que la situación en Gaza es “intolerable”.
Sin embargo, no todo fue alineamiento. En materia de reconocimiento del Estado Palestino, Trump admitió discrepancias con Starmer: aunque ambos declararon su compromiso con la paz como objetivo último, difieren en los tiempos y modos para avanzar en ese reconocimiento oficial.
Este acuerdo marca un nuevo capítulo en la relación especial entre Reino Unido y Estados Unidos, reforzada simbólicamente durante esta visita de Estado. Starmer ha querido mostrar con fuerza que su gobierno apuesta por la inversión extranjera como motor de modernización, mientras que Trump, en su segundo mandato, busca consolidar alianzas tecnológicas que le permitan proyectar liderazgo global ante los retos del siglo XXI.