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El ministro de Comunicaciones israelí, Shlomo Karhi, ha ordenado la cancelación de todos los preparativos para la participación de su país en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona, previsto para marzo de 2026. Esta decisión, que podría costarle a la feria tecnológica millones de euros en ingresos y un golpe a su reputación global, se justifica en las «medidas antiisraelíes» del Gobierno español, incluyendo un supuesto «apoyo sistemático a Hamás».
Todo comenzó con una misiva interna del ministro Karhi, revelada por el diario israelí Haaretz, en la que ordenaba a su número dos, Elad Makdasi, la «cancelación de todos los preparativos» para el pabellón israelí en el MWC 2026. Karhi, un político perteneciente al partido Likud de Benjamin Netanyahu, extendió su llamada al boicot al resto del gabinete, instando especialmente al ministro de Economía, Nir Barkat, a sumarse. Sin embargo, fuentes gubernamentales israelíes confirmaron que Barkat frenó la iniciativa, permitiendo que el pabellón tecnológico siga adelante bajo la tutela de su ministerio, aunque sin el respaldo del de Comunicaciones. Esta discrepancia interna ilustra las divisiones en el Ejecutivo de Netanyahu.
Las razones esgrimidas por Karhi son contundentes. Acusa al Gobierno de Pedro Sánchez de «apoyo sistemático a Hamás», de pretender reconocer un «estado terrorista palestino en el corazón de Israel» y de lanzar «falsas acusaciones de ‘genocidio'» en Gaza. Netanyahu calificó a Sánchez de «antisemita» y de proferir una «flagrante amenaza genocida» contra Israel, según las declaraciones del presidente español en las que este lamentaba la falta de medios militares –como bombas nucleares o portaaviones– para detener la guerra.
La escalada no se detiene ahí. El Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por el PSC, rompió en julio sus lazos de hermanamiento con Tel Aviv y pidió a Fira de Barcelona que no acoja pabellones israelíes ni empresas armamentísticas en el MWC. En represalia, Israel vetó en agosto la entrada al país del alcalde Jaume Collboni. Y esta semana, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, convocó a la encargada de negocios de la embajada israelí en Madrid para rechazar «taxativamente las falsas y calumniosas declaraciones» de Netanyahu.
El MWC, organizado por la GSMA, es uno de los eventos tecnológicos más importantes del mundo: atrae a unos 100.000 visitantes, 2.800 empresas y genera un impacto económico de 561 millones de euros en Barcelona. Israel, una potencia en innovación con el 19% de su PIB procedente del sector TIC y el 53% de sus exportaciones ligadas a la tecnología, ha sido un participante clave durante 17 años, con hasta 150 empresas en ediciones pasadas. Un boicot total podría suponer una pérdida directa de 6,2 millones de euros para la feria, sin contar el efecto en redes comerciales y colaboraciones en 5G, ciberseguridad o inteligencia artificial.
Sin embargo, el boicot de Karhi parece más simbólico que efectivo, ya que el Ministerio de Economía mantiene el pabellón. La GSMA, por su parte, se mantiene neutral: «Somos conscientes de que la situación global puede impactar en la decisión de los participantes, pero estamos enfocados en ofrecer un MWC 2026 excepcional para dar forma al futuro de la conectividad».