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El Gobierno alemán ha dado luz verde a un proyecto de ley para reactivar el servicio militar, aunque de momento de forma voluntaria. La medida, que entrará en vigor en 2026, convierte a Alemania en un actor de peso en la reconstrucción de su capacidad militar y funciona como un mensaje estratégico dirigido a Rusia, a la OTAN y a Estados Unidos, subrayando su ambición de liderar la defensa continental.
Según el texto del Ejecutivo, todos los jóvenes alemanes de 18 años deberán responder a un cuestionario obligatorio —los hombres necesariamente, las mujeres voluntariamente— sobre su disposición a prestar servicio en las Fuerzas Armadas. El plan prevé un compromiso inicial de seis meses, con incentivos económicos destacados —pago mensual neto superior a 2.000 €, acceso a formación avanzada— y un examen médico obligatorio desde 2027. El Gobierno se ha marcado como meta alcanzar una fuerza de 260.000 soldados activos y unos 200.000 reservistas, frente a los aproximadamente 180.000 en activo y los 60.000 reservistas que existen hoy.
Este movimiento marca una clara respuesta al contexto de tensión generado por la ofensiva rusa en Ucrania y el fortalecimiento militar de Moscú. Para Berlín, se trata de elevar su capacidad de disuasión, tanto en clave nacional como dentro de la OTAN, un bloque al que aún deben convencer de su papel activo en materia de defensa. El canciller Friedrich Merz lo ha resumido con rotundidad: Rusia “lleva tiempo hostigando a la Alianza y a nuestra democracia; por ello, debemos ser capaces de responder con fuerza”.
Analistas coinciden en que la medida tiene un fuerte componente simbólicamente militar. Este paulatino restablecimiento del reclutamiento —que podría convertirse en obligatorio si no se alcanzan los objetivos de voluntarios— transmite una señal inequívoca: Alemania asume ahora un papel proactivo en la defensa de Europa, como cabeza militar capaz de afrontar crisis mayores. Además, refuerza su compromiso ante socios como EE.UU., con los que busca proyectar ser el Ejército más preparado del continente.
El plan también acompaña a la creación de un Consejo de Seguridad Nacional para reaccionar con agilidad en contextos de urgencia, institucionalizando el peso político de las decisiones defensivas. Además, según datos recientes, ya se observa un significativo repunte en el interés juvenil: solo en lo que va de año, los reclutas han aumentado un 28 %, con casi 13.800 nuevos aspirantes, acercándose al objetivo de 20.000 al año.
E reclutamiento militar voluntario no responde solo a necesidades internas; es una jugada calibrada en el tablero geopolítico. Berlín se levanta como columna vertebral militar de Europa, elevando su presencia estratégica ante el enemigo, y mostrando a aliados y adversarios que está preparada para asumir responsabilidades.