⏱ 3 min de lectura
El satélite MethaneSAT, una misión de vigilancia climática respaldada por el Bezos Earth Fund y desarrollada por la ONG Environmental Defense Fund (EDF), ha sido declarado oficialmente perdido tras quedarse sin energía poco después de detectar niveles de metano mucho más altos de lo esperado en varias regiones del planeta.
Con un coste estimado de 88 millones de dólares y lanzamiento en marzo de 2024 a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, MethaneSAT era uno de los satélites más avanzados del mundo para monitorizar metano, un gas con 80 veces más capacidad de calentamiento que el CO₂ en un horizonte de 20 años.
La última señal del satélite se registró hace unos diez días sobre Svalbard (Noruega); desde entonces, perdió comunicación y energía, lo que ha llevado a EDF a confirmar que es “probablemente irrecuperable”. El equipo técnico ya ha iniciado una investigación para determinar las causas del fallo, mientras la organización procesa y publica los datos obtenidos hasta ese momento.
MethaneSAT contribuyó con información de alta resolución sobre emisiones en zonas clave de la industria del petróleo y el gas, incluidos puntos de hasta media tonelada de metano por hora en cuadrículas de 200 × 200 km. Además, en colaboración con Google, generó mapas públicos que han sido usados para obligar a tomar medidas a más de 50 compañías comprometidas tras la cumbre del COP28.
Pese a su pérdida, EDF considera el proyecto un “retroceso, no un fracaso” y anuncia que seguirá usando aviones con espectrómetros para reemplazar temporalmente la función satelital. El equipo también evalúa si habrá una misión sucesora, aprovechando la tecnología probada de MethaneSAT.
Este incidente representa un duro golpe para los esfuerzos globales de transparencia climática y seguimiento de emisiones, donde más de 120 países firmaron ya el compromiso de reducir las emisiones de metano en un 30% para el año 2030. MethaneSAT era una pieza clave en esta estrategia, ofreciendo datos precisos para identificar fugas industriales que habían sido infradeclaradas hasta en un 60% por agencias como la EPA.
La pérdida subraya también los desafíos técnicos de desplegar sensores de alta precisión en el espacio. Aunque continúan operando una decena de satélites similares, el valor único de MethaneSAT residía en su resolución y transparencia de datos para el control del cambio climático.