¿Imaginan el valor que tendrá un pen-drive entregado al malvado PSOE por una de sus fontaneras, disfrazada de periodista, para que a su vez el malvado PSOE lo deposite en la dudosa Fiscalía Anticorrupción? Pues cero. Y más cuando se rompe eso que llaman cadena de custodia, que es como la cadena de frío de un supermercado, pero en plan pen-drive. Puede ser más falso que una moneda de tres euros. País de locos este y mucho más después de la disparatada rueda de prensa sin preguntas de la tal Leire Díez, comparecencia dinamitada por el intermediario y ex recluso Aldama, que se la reventó, en presencia de los compinches de doña Leire, la fontanera de Pedro Sánchez y de Santos Cerdán, los ídolos de esta España mía, esta España nuestra que cantaba me parece que Cecilia. ¿Son los estertores de Sánchez? ¿Son los estertores del PSOE? Desde luego, el partido ha perdido cualquier atisbo de credibilidad y está, como diría aquel compungido Carlos Arias, en almoneda. Y más ahora en que Oughourlian ha apartado a Pepa Bueno de la dirección de “El País” y ha nombrado a Jan Martínez Ahrens como director del periódico. Se acabó el mandato de las feministas desalmadas que –han dicho escritores famosos— mandaban en la Redacción y en todas las estancias del popular diario, que dicen que tiene 400.000 suscriptores, que apenas tira ya papel y que es una caricatura de lo que fue. Aunque para el PSOE sigue siendo el carné de identidad. ¿O es que ya no recuerdan aquella visión esperpéntica de la izquierda, caminando por Madrid con “El País” bajo el brazo, como si fuera un documento oficial? Unos llevaban “El País” y otros el ABC y así se repartía ideológicamente el paseo del españolito de a pie por el Parque del Retiro. Polanco, que era más listo que el hambre, lo que hizo fue darle liña a la izquierda mientras él mandaba conveniente e inteligentemente en España. Pero todo acaba. A mí Jesús Polanco me caía bien y creo que fue un enorme empresario, que siempre trató muy bien a Canarias, cuando era dueño de “El País” y de la SER, casi nada. Lo conocí en el Jardín Tropical, el hotel de su propiedad, con Isabel Preysler a su lado. Eran muy amigos. Yo creo que Polanco murió de pena, más que de otra cosa, pero, miren, ha dejado su semilla en la isla y muy cerquita de mí, con ese espléndido Gran Hotel Taoro, cuya empresa lo regentará durante medio siglo, o así, y que está a punto de ser inaugurado.
martes, 2 diciembre,2025





