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A mitad de legislatura, el panorama político en Canarias parece inclinarse con claridad hacia el bloque conservador. Un reciente sondeo de Sigma Dos revela que la alianza entre Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP) no solo se mantiene estable, sino que podría alcanzar la mayoría absoluta sin necesidad de apoyos externos, un escenario que en 2023 no fue posible sin sumar a fuerzas insulares como ASG y AHI.
Según los datos, CC y PP obtendrían entre 36 y 38 escaños —la mayoría está en 36— lo que les permitiría prescindir de sus actuales socios menores. Lo paradójico es que este reforzamiento de la derecha se produce en un contexto donde el PSOE sigue siendo el partido más votado. Sin embargo, el diseño del sistema electoral canario, con su doble circunscripción —autonómica e insular— provoca distorsiones que benefician a quienes saben jugar con ventaja territorial.
El Partido Popular es quien más mejora en esta fotografía demoscópica, con un ascenso de 1,6 puntos que lo lleva al 21,3% y le otorgaría hasta 18 escaños, recortando distancia con su socio de gobierno. Coalición Canaria, aunque retrocede tres décimas respecto a 2023, podría incluso ganar un diputado más. Por su parte, el PSOE, aunque mejora ligeramente en intención de voto, podría perder representación parlamentaria. Un reflejo de cómo el voto progresista no logra traducirse en poder institucional bajo la arquitectura electoral actual.
La situación es aún más crítica para las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE. Podemos, ya sin representación desde 2023, sigue en caída libre; y Sumar apenas tiene relevancia en los datos, diluida entre el apartado de «otros». Nueva Canarias también acusa el desgaste, con una pérdida de hasta dos escaños.
Mientras tanto, Vox avanza discretamente, con una subida del 1,5% que le permitiría mantenerse o incluso crecer ligeramente en el Parlamento. No parece que las dinámicas nacionales hayan frenado su consolidación en el archipiélago.
En cuanto a los liderazgos, ninguno de los principales dirigentes políticos consigue el aprobado. Fernando Clavijo se sitúa en cabeza con un 4,6, seguido de Ángel Víctor Torres (4,2), que a pesar de su actual papel como ministro sigue conservando un alto perfil político en las islas. Manuel Domínguez, del PP, es el menos conocido y también el peor valorado, con un 3,6.
Lo que reflejan los datos no es solo un cambio coyuntural, sino una reconfiguración del equilibrio político en Canarias, donde la izquierda parece no encontrar aún el relato ni la estructura para canalizar el descontento o marcar una alternativa clara. Mientras tanto, la derecha institucionaliza su ventaja sin necesidad de prometer grandes cambios, simplemente gestionando la estabilidad y beneficiándose de las reglas del juego.