Los Beatles en el Puerto

El martes próximo, el director de cine Raúl Jiménez, el historiador José Francisco López y la escultora Marta Von Poroszlay, se van a reunir con la concejal de Cultura portuense, Desiré Díaz Torres, para tratar de dos temas: un documental dedicado a la estancia en el Puerto de la Cruz de tres de los cuatro componentes de los míticos Beatles: Paul Mac Cartney, George Harrison y Ringo Starr y una posible escultura que perpetúe la estancia de Los Beatles, al menos de tres de ellos, en la ciudad. Marta ya hizo el busto de Agatha Christie y otros, muy buenos, o sea que tiene pedigrí de sobra como artista. Es de esperar que encuentren receptividad en la concejal de Cultura, que me consta es sensible a la historia reciente del Puerto y a perpetuarla. Desde luego, una escultura de Los Beatles sería un reclamo turístico muy importante para la ciudad. Se me ocurre una ubicación: en la rotonda frente al Lido San Telmo, donde ahora creo que hay un delfín y donde antes me parece, si no recuerdo mal, estuvo la estatua de don Francisco de Miranda, que no sé dónde acabó. Pero Miranda, que fue traicionado por Bolívar, es un héroe –mucho más que Bolívar—de la independencia americana. Y de origen portuense. Quien más escribió de la estancia de Los Beatles en el Puerto fue Nicolás Lemus, paz descanse, y quien más sabe de ella es Mara Martínez, que era amiga de su primer manager, Klaus Voormann, cuyo padre era médico y residía en el Norte, en un chalet sin luz eléctrica en el municipio de Los Realejos. A ver si el Puerto es sensible a este documental, que podría proyectarse en las plataformas, y a la estatua. En el libro/antología de Los Beatles, que yo regalé a Alberto Segura, otro experto en el grupo, hay una página completa con fotografías de los geniales músicos en la ciudad portuense. Hay que consultar ese libro –ya digo, lo tiene Alberto— a la hora de saber más sobre esa estancia. Y, por supuesto. Hablar con Mara, que lo conoce todo de ellos. Incluso, años más tarde, pasearía con George Harrison, si no me equivoco, cuando éste se compró un coche nuevo y ambos coincidieron en la ciudad cercana a Londres, donde Mara pasaba largas temporadas con su tía, casada con un inglés.