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Diversas asociaciones y colectivos dedicados a la protección de la flora solicitaron al Ayuntamiento de Santa Cruz el vallado de los árboles durante las fiestas del Carnaval. Querían protegerlos de los orines, la basura y las vomitonas que se producen en el Carnaval. El Ayuntamiento hizo oídos sordos a su petición.
La noticia está publicada en su edición de hoy por el rotativo tinerfeño “Diario de Avisos”, en una crónica firmada por Mónica Ledesma, que añade que el colectivo Los Árboles Hablan, en su denuncia a través de las redes sociales, habla del estado en el que han quedado muchos árboles del Cuadrilátero (centro de la ciudad, meollo del Carnaval), tras la celebración del Carnaval en la calle.
Según informa Ledesma en su crónica, “los denunciantes afirmaron que para estos ejemplares, varios de ellos incluidos en el Catálogo de Árboles Singulares de Santa Cruz, diversas asociaciones pidieron su protección y vallado al Ayuntamiento, previo al inicio de la fiesta en las calles, “pero no se los protegió”.
A consecuencia de ello, en los árboles, y penetrando hasta sus raíces, han caído miles y miles de litros de orina, de productos químicos de limpieza y de kilos de basura y desperdicios –no citan las potas corrosivas–, que repercuten en la salud de estos árboles “de los que, en unos meses, los técnicos municipales dirán que están enfermos y que habrá que talarlos”.
Por este motivo, insiste “Diario de Avisos”, Los Árboles Hablan acusan de negligencia en el cuidado de su flora a la corporación de Santa Cruz de Tenerife.
Esta noticia pueden ustedes enlazarla con nuestra sección Pipol de hoy, que habla de esta circunstancia y del daño terrible que causan miles y miles de litros de orín y vomitaderas, mezclado con el desinfectante para su limpieza, que causa un olor nauseabundo en la ciudad y que daña gravemente su flora, mucha de ella más que centenaria. Este olor puede durar semanas.
Se trata de un problema sanitario grave, al que el Ayuntamiento ha dado la espalda durante años, pero que adquiere ahora proporciones realmente alarmantes, que no resistirían el mínimo análisis de especialistas en salud pública. Mucho menos con la aparición de bandadas de ratas que se están dando un festín con los restos de comida abandonados en las calles. Una verdadera vergüenza.
Hay que plantearse cuanto antes el traslado del Carnaval fuera del centro de Santa Cruz y ha llegado la hora de desconvocar esas horribles cabalgatas que cortan en dos la ciudad, perjudican a los ciudadanos, colapsan las calles e interrumpen la vida ciudadana, en medio de un caos absoluto en su organización.