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lunes, 1 diciembre,2025

Vertidos en Tenerife: del cierre puntual a un problema estructural

El mapa de los vertidos en Canarias muestra una realidad incómoda, con más de 400 puntos donde las aguas residuales llegan al mar desde tierra

Candelaria volvió a cerrar la semana pasada la playa de Los Guanches tras un “atasco de toallitas y restos de obra” en la red de saneamiento que derivó al mar.

El Ayuntamiento asegura que el vertido quedó “detenido”, pero mantiene prohibido el baño hasta contar con analíticas favorables. El episodio reabre un debate ya conocido: los cierres por contaminación se repiten en distintos municipios y dibujan un mapa de carencias históricas en saneamiento y depuración.

La foto general

El mapa de los vertidos en Canarias muestra una realidad incómoda, con más de 400 puntos donde las aguas residuales llegan al mar desde tierra.

La mayor concentración se encuentra en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, con 212 localizados, frente a los 191 de Las Palmas. Más de la mitad —en torno al 53,6%— siguen sin autorización vigente o continúan en trámite.

Tenerife es la isla que más puntos acumula. El último año y medio ha dejado escenas muy distintas con un hilo común.

Playa Jardín, en Puerto de la Cruz, cerró en julio de 2024 por contaminación fecal y no reabrió hasta el 17 de junio de 2025, después de actuar sobre colectores, tratamiento y control. La Fiscalía de Medio Ambiente llegó a abrir diligencias por los vertidos que sostuvieron el cierre.

En el sur turístico, Adeje clausuró Troya I y El Puertito en mayo de 2025 tras detectarse E. coli y enterococos por encima de norma. Los niveles se normalizaron y volvieron a abrir. En la capital, Valleseco izó y retiró bandera roja en la misma jornada del 31 de octubre de 2025 por un incidente acotado.

Por qué ocurre

La explicación combina infraestructuras y hábitos. Persisten emisarios deteriorados, colectores incompletos y estaciones de bombeo vulnerables a lluvias y picos de caudal, de modo que cualquier fallo dispara aliviaderos de emergencia.

A ello se suman los atascos por usos indebidos de la red —toallitas y residuos que nunca debieron entrar en las tuberías—, que agravan la fragilidad del sistema. Todo opera sobre una presión de fondo: más población residente y flotante y un turismo intenso que estresan equipos dimensionados para otra época.

Qué se ha hecho (y qué funciona)

En el norte, el refuerzo del tratamiento terciario y el envío de agua regenerada desde la EDAR de Punta Brava a la balsa de Cruz Santa permitieron recuperar Playa Jardín y reducir descargas, abriendo además una vía de suministro para el campo.

En el eje industrial-residencial del valle de Güímar (Candelaria–Arafo–Güímar) se ha puesto en marcha un paquete inversor de más de 40 millones en depuración, desalinización y redes con la meta explícita de acercarse al “vertido cero”.

Hay que recordar que España arrastra un expediente por incumplimientos de la directiva europea sobre aguas residuales urbanas, con Canarias, Tenerife sobre todo, entre las regiones más señaladas.

Cambiar la foto

Por eso la Isla necesita un plan claro con fechas. Hay que poner en regla todos los puntos donde se vierte, los que están en el limbo y los que no tienen permiso o arreglarlos o cerrarlos.

Por supuesto, terminar las depuradoras y las tuberías principales que faltan en el Norte, Noreste, Isla Baja y Sur. Vamos, en todos lados. Ya no es “a ver si se puede”, es hacerlo.

Hace falta vigilancia día y noche con sensores en las estaciones de bombeo y en las tuberías que salen al mar para parar cualquier avería antes de que llegue a la playa. Nuestras costas no son un desagüe y nuestros hijos no son probetas. Una isla que presume de mar no puede vivir mirando al tubo de un emisario.

Redacción
Redacción
Equipo de Redacción de elburgado.com

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