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jueves, 16 octubre,2025

Venezuela: ¿Una invasión inmediata o una demostración de poder contra la droga?

El Cártel de los Soles, vinculado a la cúpula venezolana, introduce anualmente en USA 30 toneladas de cocaína

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No es usual este alarde militar de los Estados Unidos. El despliegue, de momento, de cuatro destructores de la USS Navy y de un portaviones que está preparado para zarpar en cualquier momento hacia la costa venezolana parece, más que una operación en la lucha contra el narcotráfico, en la que se fundamenta de momento el operativo, una operación de guerra.

Estados Unidos está harto del Cártel de los Soles, al que se vincula a Nicolás Maduro y a otros altos cargos venezolanos, entre ellos los hermanos Rodríguez (la famosa Delcy y su hermano, presidente de la Asamblea), Diosdado Cabello y el general Padrino, eterno ministro de Defensa, al que el Ejército, de momento y por cuestiones de cesiones económicas, sigue.

Los objetivos son Maduro, los Rodríguez, Padrino y Cabello.

Los analistas que vigilan de cerca el asunto de Venezuela indican que lo primero que harán los Estados Unidos será destruir todas las pistas clandestinas de aterrizaje de los aviones de los narcos, perfectamente fotografiadas por drones espías desde hace unos meses. Maduro ha respondido armando con viejos fusiles a miles de milicianos (delincuentes afines al chavismo, una panda de desarrapados y borrachos que no tienen nada que hacer ante un ejército regular). La recompensa por la cabeza de Maduro sigue en pie: 50 millones de dólares para quien ayude a “extraerlo” a los Estados Unidos.

El Ejército venezolano no presentaría jamás batalla contra USA. No tiene con qué.

Parece que el régimen de Maduro tiene los meses contados. De momento, Estados Unidos ha decidido aumentar la presencia naval con cuatro barcos de guerra, más un portaviones con aviones de combate en su cubierta. El bombardeo de las pistas es el primer objetivo concreto. Si los Estados Unidos quisieran haber abatido a Maduro ya lo habrían hecho, al estilo en que los israelitas se han cargado a los líderes de Hamás: un misil por una ventana y adiós. Pero quieren vivo al narcotraficante. Y Trump no inicia guerras: desea el Nobel de la Paz. Ahora bien, no permitirá que un gramo más de la coca venezolana entre en los Estados Unidos. El presidente ha tomado esa decisión y va a hacer todo lo posible por librar a los suyos de la lacra de la droga del Cártel de los Soles, que según la CIA controla Nicolás Maduro.

4.500 marines están, sin embargo, preparados para actuar. Dicen que en Guayana hay un importante contingente militar desplegado, pero si entran en territorio venezolano sería una invasión, contraria a la teoría de Trump de iniciar una guerra. La pregunta es, ¿una guerra o una operación puntual contra el narcotráfico? El Cártel de los Soles ingresa 8.200 millones de dólares anuales por su introducción de droga en los Estados Unidos. Nada más y nada menos.

Si Venezuela cae, caerá la izquierda totalitaria latinoamericana y con ella el Grupo de Puebla, en el que reina un tal Zapatero. Y caerá también la mayor organización del mundo de la droga, con conexiones importantes con el Cártel de Sinaloa y con otros peligrosos cárteles de Colombia, Ecuador y Bolivia, entre otros países. Un perfecto “eje del mal”.

Marco Rubio dirige la «extracción» de Maduro.

Marco Rubio se la tiene jurada a Maduro. Trump ha dejado que sea él quien le aconseje sobre el tema de Venezuela. Maduro tiene, por lo que se ve, sus meses contados. Y será alguien de su entorno quien se haga rico delatándolo. A la mínima lo “extraerán”. Y lo van a juzgar con todo el peso de la ley en el país al que su organización está perjudicando con la introducción de cocaína. Le espera una cadena perpetua.

De momento, esto es lo que hay. Los desarrapados de Maduro, armados, lo que promoverá aún más la lucha urbana de clanes porque esas armas jamás se devuelven. ¿Pero armados contra quiénes? ¿Contra un ejército regular y preparado que no va a atacar objetivos civiles? ¿Para qué? La guerra moderna está reñida con las milicias armadas que no sirven sino para meter mucho ruido y para huir a la mínima.

Maduro, además de un torturador y de un criminal (tiene secuestrado y en paradero desconocido desde hace meses al yerno del presidente legítimo, González Urrutia) es un narcotraficante analfabeto, incapaz de hacer frente a una estrategia organizado para eliminarlo, o pongan ustedes el eufemismo “extraerlo”, organizada por los analistas de la CIA y la DEA norteamericanas).

Le queda poco y Maduro lo sabe. Pronto comenzarán las rebeliones sectoriales y las fracturas en el Ejército. Será la señal. Es ahí donde está actuando la CIA, convenciendo a los cientos de generales del chavismo de que la resistencia no valdrá de nada. A los Estados Unidos, un ataque selectivo a Venezuela le duraría una semana. Después, Edmundo González regresará al país y tomará el poder con la ayuda de los mismos militares que ahora rodean a Maduro. Entre ellos está quien lo va a traicionar.

Heriberto Torres
Heriberto Torreshttps://elburgado.com
Colaborador de El Burgado Periódico Digital

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