Parece que está a punto de producirse una intervención norteamericana en Venezuela, o bien con la excusa –importante excusa— de que Venezuela es un estado narco, como efectivamente parece, o bien por la vulneración flagrante de la democracia, tras el fraude electoral que realizó Maduro, falsificando los resultados abrumadores a favor del candidato de la oposición, Edmundo González. La intervención norteamericana sería oportuna y Trump, hábil, busca aliados en los países del entorno, casi todos a favor de esa estrategia. Maduro es un asno, un ignorante, un torturador enriquecido a fuerza de robar el dinero del petróleo y de amasar el del narcotráfico, con la colaboración de una cúpula militar corrupta, pero que no significa que todo el Ejército, en el que hay profesionales muy cualificados, lo sea. Devolviendo la democracia a Venezuela, Trump se apuntaría un gran tanto en el camino de la paz en Latinoamérica, donde quedan tres dictaduras impresentables: las de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Precisamente se incluye en la lista Venezuela, que tantas veces ha dado lecciones al mundo de progreso, democracia y libertad. Y de crear líderes cualificados que trabajaron por el país, con sus luces y sus sombras. Con el chavismo, en su versión majadera, se acabó la democracia en Venezuela, con un alocado Chávez expropiando propiedades por televisión e imitando los discursos apocalípticos de su amigo Fidel, que fue quien influyó al líder venezolano, para mal. Chávez dejó a un analfabeto funcional al frente del Gobierno y del chavismo, sabiendo cómo era Maduro, conociendo su escasa inteligencia, pero en base a su fidelidad. Pero un burro no puede dirigir una nación y así le ha ido a Venezuela, donde todavía se hacen grandes negocios, muchos de ellos de dudosa legalidad. Los de Maduro parecen ser rotundamente ilegales. Ahora Trump tiene la oportunidad de poner las cosas en su sitio, sobre todo disfrutando de la ventaja de que Venezuela cuenta con un presidente legalmente elegido, González Urrutia, por cierto exiliado en España.
lunes, 1 diciembre,2025





