La ciudad de Hong Kong vive una de las jornadas más trágicas de su historia reciente tras el devastador incendio declarado en el complejo residencial público Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, en los Nuevos Territorios. El siniestro, catalogado como de nivel 5 —la máxima clasificación de emergencia en la región—, ha dejado por el momento un balance oficial de al menos 36 fallecidos, entre ellos un bombero que perdió la vida durante las labores de rescate, además de quince heridos en estado crítico y 279 personas aún desaparecidas. Ocho horas después de iniciarse, los equipos de emergencia seguían sin lograr controlar plenamente las llamas, que se extendieron con una rapidez inusitada por varios de los bloques del complejo.
El fuego comenzó en la estructura exterior de andamiaje de bambú y malla utilizada en las obras de renovación del edificio. Esta técnica tradicional, habitual en Hong Kong pero objeto de crecientes críticas, facilitó la propagación del incendio hacia otros bloques del conjunto residencial, en el que viven cerca de 4.800 personas distribuidas en unos 2.000 apartamentos. Las llamas avanzaron rápidamente tanto en vertical como en horizontal, obligando a evacuar a cientos de vecinos en medio de escenas de pánico, humo denso y caída constante de escombros.
Más de 700 bomberos y equipos sanitarios fueron desplegados para contener el fuego y rescatar a los residentes atrapados, una operación marcada por la extrema dificultad: temperaturas elevadas, visibilidad casi nula y estructuras inestables por el colapso del andamiaje. A pesar del esfuerzo, el incendio continuó activo durante horas y obligó a las autoridades a habilitar refugios temporales para los evacuados, muchos de ellos personas mayores que perdieron sus viviendas en cuestión de minutos.
A medida que avanzan las tareas de rescate y las autoridades trabajan para tratar de localizar a los desaparecidos, el incendio de Wang Fuk Court se perfila ya como el más mortífero y destructivo registrado en la ciudad desde 2008. La investigación que ahora se abre deberá esclarecer qué falló en un complejo residencial tan densamente poblado y por qué las llamas pudieron propagarse con tal violencia, en una tragedia que ha dejado a miles de personas sin hogar y a toda la región sumida en el shock.
